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Aeronaves con Inteligencia Artificial: el Futuro de la Fuerza Aérea de Estados Unidos

El Pentágono quiere desarrollar una flota de entre 1.000 y 2.000 aeronaves colaborativas de combate para mantener la preeminencia aérea de Estados Unidos

Publicado el 20 de febrero de 2024 por Ryan Leif Hillblad
Aeronaves con Inteligencia Artificial: el Futuro de la Fuerza Aérea de Estados Unidos

La Fuerza Aérea de Estados Unidos está apostando a una nueva generación de vehículos aéreos no tripulados, para mantenerse en la competencia con China por la preeminencia aérea. Recientemente un informe del Instituto Mitchell para Estudios Aeroespaciales, detalló cómo la Fuerza Aérea puede utilizar estos vehículos como sensores aéreos, señuelos, bloqueadores o lanzadores de armas en cooperación con aviones tripulados como el caza de quinta generación F-35 y el F-22 Raptor.

Según el mismo reporte, Estados Unidos posee en la actualidad la flota más pequeña y envejecida desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Según el coronel retirado Mark Gunzinger, líder del equipo de investigación de capacidades militares del instituto, “nuestro ejército debe invertir en capacidades asimétricas que interrumpan las operaciones del EPL, impongan costos y creen las condiciones para el éxito de la misión. Y esa es una razón clave por la que la Fuerza Aérea está desarrollando CCA” (aeronaves colaborativas de combate). 

El Pentágono ha anunciado recientemente el programa VENOM para experimentar con las CCA, y determinar su potencial como nuevo dinamizador del combate aéreo. Estos dispositivos vuelan de forma autónoma utilizando software de inteligencia artificial. Si bien estos vehículos generan autónomamente objetivos a destruir, por el momento requieren de una autorización humana para atacar. La idea es que las CCA funcionen como un equipo de apoyo de los pilotos de aviones caza multirol.

El actual Comandante de Combate Aéreo de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, el general Mark Kelly, afirmó que se analizará su uso de forma modular en operaciones ofensivas, de inteligencia, de vigilancia y reconocimiento. Las unidades serían parte de dos grandes tipos, por un lado vehículos de bajo costo de hasta $3 millones de dólares, que puedan ser utilizados sin miedo a pérdidas, como una masa crítica para desgastar defensas antiaéreas o confundir a los radares enemigos. Luego unidades más sofisticadas de hasta $25 millones de dólares de costo, entre un tercio y un cuarto del precio de un F-35, funcionarían como compañeras y ayudantes de los pilotos humanos en misiones de reconocimiento y ataque.

El plan de la Fuerza Aérea es solicitar al Congreso unos $6.000 millones de dólares para construir una flota de por lo menos 1.000 unidades de CCA. Una novedad con esta nueva capacidad militar es que no serían solo los grandes proveedores de armamentos históricos en Estados Unidos los que proverían el equipamiento, sino también firmas nuevas y startups tecnológicas para desarrollar software de inteligencia artificial. Entre ellas se destacan Boeing, Lockheed Martin, Northrop Grumman, Anduril, General Atomics, y Shield AI. 
Las propuestas se inscriben en un contexto internacional, en donde China ha construido recientemente en sus costas y sus islas artificiales del Mar del Sur de China poderosos sistemas antiaéreos y antibuque con miles de misiles. Las nuevas líneas de defensa hacen que una respuesta estadounidense en favor de Taiwán, pueda ser prohibitivamente costosa en términos de aeronaves y vidas. Mediante la utilización de naves tripuladas por inteligencia artificial, con bajo costo y gran capacidad de despliegue, Washington podría adoptar una postura defensiva muy avanzada en la región.

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