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Análisis de los mercados criminales africanos

El informe “Global Organized Crime Index 2023: A Fractured World” revela los principales mercados y actores criminales del continente africano, reconociendo la relevancia que ha tomado el Grupo Wagner.

Publicado el 23 de noviembre de 2023 por Santiago Vera García
Análisis de los mercados criminales africanos

Como se señaló en un artículo previo, el informe “Global Organized Crime Index 2023: A Fractured World” muestra que «los conflictos exacerban la vulnerabilidad al crimen organizado«. En ese sentido, muchos de los países más afectados por el crimen organizado están sumidos en conflictos armados e inestabilidad política.

En este sentido, África sigue experimentando altos niveles de criminalidad al año 2023, manteniéndose comoel segundo continente con mayor puntuación del mundo en criminalidad global (5,25), sólo por detrás de Asia.

En cuanto a la dinámica regional, África Oriental es la región del continente con la puntuación más alta en cuanto a delincuencia general (5,88), liderando la lista tanto para los mercados delictivos (5,52) como para los actores delictivos (6,23), seguida por África Occidental (5,44).

«África Oriental se encuentra entre las cinco regiones con mayor criminalidad en el mundo, como semillero de actividades ilícitas y bastión de actores criminales, cuya influencia se ve agravada por conflictos prolongados. En cuanto a los mercados criminales, la región está agudamente afectada por la trata de personas y el tráfico de armas, ambos con 7,78, los promedios regionales más altos del mundo para este tipo de delitos«, enseña el informe.

Fuente: Global Organized Crime Index 2023: A Fractured World

Mercados criminales

El mercado delictivo más generalizado en el continente africano es la trata de personas, con una puntuación de 6,06. La prevalencia de esta actividad criminal está relacionada con varios  factores, entre ellos los conflictos en curso en el continente, la presión económica que hace que las personas sean vulnerables a la trata de personas y la participación de actores integrados en el Estado para facilitar estas actividades.

En el caso de la trata de personas, Eritrea y Sudán del Sur se encuentran entre los países con las puntuaciones más altas en el mercado, con 9,0 y 8,50, respectivamente. «El servicio militar obligatorio sigue siendo una práctica sistémica y corrosiva en Eritrea, que genera resentimiento y una significativa emigración hacia el exterior, lo que alimenta el mercado del tráfico ilícito de personas. Este fenómeno también se ha visto agravado por la guerra civil en la vecina Etiopía, con el gobierno ordenando una movilización masiva en un intento de reforzar el ejército y aumentar la seguridad«, sostiene el informe.

«Por otro lado, Sudán del Sur tiene un mercado más diverso para la trata de personas, con prácticas que van desde el trabajo forzoso hasta la servidumbre doméstica y la explotación sexual. Sin embargo, el principal problema en el país refiere a los niños, que siguen siendo reclutados como soldados o que trabajan en la construcción, la minería y la agricultura«, añade.

Además, los delitos financieros son frecuentes en África. Este mercado fue evaluado como el segundo más penetrante en el continente, con una puntuación promedio de 5,95. El continente fue testigo de altos niveles de fraude financiero cibernético perpetrado por sindicatos criminales altamente organizados como Black Axe, de origen africano occidental, pero con una “huella global.

Con una puntuación media de 5,77, el tráfico de armas es el tercer mercado criminal más generalizado de África, causado en gran medida por la redirección de las armas adquiridas por los gobiernos en zonas de conflicto prolongado.

«Sudán (9,0), Somalia (9,0), Etiopía (8,50) y Yibuti (7,50) tienen algunas de las puntuaciones más altas en materia de tráfico de armas en África Oriental, impulsadas en gran medida por conflictos armados y étnicos«, resalta el informe.

Somalia sigue siendo un centro fundamental para el contrabando de armas ilegales, con vínculos transnacionales con otros mercados ilegales, como la piratería y el tráfico de drogas. «Los flujos ilícitos de armas del Yemen a Somalia aumentaron en el período que abarca el informe«.

Mientras tanto, varios países centroafricanos, como la República Democrática del Congo (9,0), la República Centroafricana (9,0), Chad (8,50) y Camerún (7,50), se han visto afectados por el tráfico de explosivos para su uso por parte de grupos armados no estatales, como Boko Haram y el Estado Islámico en África Occidental.

Actores criminales

Los actores integrados en el Estado continúan siendo los agentes más dominantes en la facilitación de las economías ilícitas y la inhibición de la resiliencia frente al crimen organizado en África, con una puntuación continental de 7,12, seguidos por las redes delictivas (6,11) y los actores extranjeros, que fueron los que más aumentaron su influencia (+0,28, hasta alcanzar una puntuación de 5,91) de 2020 a 2022.

Fuente: Global Organized Crime Index 2023: A Fractured World

Al explorar los tipos de grupos criminales que operan en el continente, tres regiones africanas han sido clasificadas como primera, segunda y tercera en el mundo para la categoría de actores integrados en el Estado: África Central (7,68), África del Norte (7,67) y África Oriental (7,44).

Resiliencia

En términos de resiliencia, África volvió a ser el continente con la puntuación más baja, con 3,85, aunque ha experimentado una mejora marginal con respecto a 2020 (+0,05). África Septentrional, África Oriental y África Central siguieron figurando como las tres regiones del mundo con las puntuaciones más bajas en términos de niveles de resiliencia, con 3,67, 3,46 y 3,23, respectivamente.

Fuente: Global Organized Crime Index 2023: A Fractured World

Grupo Wagner

El Grupo Wagner ha establecido operaciones en varios países africanos, entre ellos la República Centroafricana, Malí, Sudán, Libia, Mozambique y Madagascar. En dichos países, el grupo ruso “proporciona servicios militares (…) a gobiernos autocráticos debilitados que necesitan apoyo para reprimir insurgencias, rebeliones y otros disturbios civiles”.

A su vez, el grupo es conocido por “aprovecharse de las fragilidades económicas y políticas de los países africanos en los que opera, explotando los ricos recursos renovables y no renovables de estos países a través de negocios opacos permitidos por concesiones y acuerdos bilaterales, que son otorgados por ciertos gobiernos africanos a cambio del músculo mercenario de Wagner”. En este sentido, el grupo está vinculado a una red de entidades privadas que operan en varios sectores, entre ellos el maderero y la minería.

Estos negocios, combinados  con la corrupción generalizada en las partes de África donde opera, “permiten a Wagner beneficiarse de las economías ilícitas, especialmente de los delitos contra la flora y los recursos no renovables, junto con sus actividades legales”.

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