Los precios del oro, tanto en spot como futuros, alcanzaron niveles récord el pasado lunes 10 de febrero, acrecentando con una tendencia reciente de aumento de los precios internacionales de dicho metal. En concreto, el precio del oro en spot tocó los USD 2.956,70 por onza durante la jornada del lunes, lo que supuso un aumento del 12% con respecto al precio del oro registrado el primer día del año 2025: USD 2.639,80 por onza.
Por su parte, los futuros del oro alcanzaron los USD 2.968,39 por onza, marcando una brecha en los últimos 12 meses de casi USD 1.000. Es decir, entre enero de 2024 y enero de 2025, los futuros del oro han oscilado entre un mínimo de USD 1.987,20 y un máximo de USD 2.968,39 por onza.
Con un aumento de más del 40% en el último año, el oro ha evidenciado el mejor rendimiento de entre un conjunto de 12 clases de activos globales líderes durante este período, según informó el Instituto de Inversiones de BlackRock. Asimismo, en Wall Street esperan que el precio continúe subiendo: mientras JPMorgan Chase mantiene un objetivo de precio de USD 2.950 para finales de 2025, Citigroup y Goldman Sachs estiman que el precio del oro supere los USD 3.000 para fines del 2025 y mediados de 2026, respectivamente.
En esta ocasión, el detonante del aumento fue la decisión del gobierno estadounidense de imponer aranceles del 25% a las importaciones de aluminio y acero. El oro “claramente se beneficiaría de tarifas universales”, dijo Fabio Bassi, jefe del área de Estrategia de Activos Cruzados de JPMorgan, mientras que Lina Thomas, especialista en Estrategia de Materias Primas de Goldman Sachs, expresó que el impulso persistente del oro se debe a la “elevada incertidumbre” de las políticas en Estados Unidos.
En un contexto de incertidumbre internacional debido a las crisis de seguridad que se suceden a lo largo y ancho del planeta, así como a las políticas económico-comerciales que está implementando el gobierno de Donald Trump, los precios del oro están al alza. Principalmente los bancos centrales, aunque también grandes inversores de todo el mundo, deciden mover su capital hacia activos seguros, en este caso, en el marco de la incertidumbre por el futuro de la competencia geoestratégica y geopolítica entre Estados Unidos y China.
En este sentido, por tercer año consecutivo, los bancos centrales a nivel global compraron más de 1.000 toneladas de oro en 2024, según informó el Consejo Mundial del Oro. Resulta pertinente destacar que el banco central de China añadió oro a sus reservas en enero del 2025 por tercer mes consecutivo, tras mantener estables sus reservas entre mayo y noviembre del 2024.
En un mundo que tiende a la fragmentación, se está observando un creciente abandono de la moneda estadounidense como activo de protección por parte de determinados países en favor de otros activos financieros, incluido el oro.

¿Oportunidad para Argentina?
Tras el comienzo de la producción de la mina Bajo la Alumbrera, localizada en la provincia de Catamarca, en diferentes regiones de Argentina se han abierto nuevos proyectos mineros de metales preciosos, más particularmente al oro. Lindero (Fortuna Mining) en la provincia de Salta; diferentes minas situadas en el Macizo del Deseado de la provincia de Santa Cruz, con el perfil de ser yacimientos con alta ley mineral, como Cerro Vanguardia (AngloGold Ashanti), Cerro Negro (Newmont), Cerro Moro (Pan American Silver) y Don Nicolás (Cerrado Gold); y nuevos proyectos en la provincia de San Juan, como las minas Veladero (Barrick & Shandong Gold), Gualcamayo (Minas Argentinas) y Casposo (Austral Gold, en etapa de exploración para analizar un potencial reinicio de operaciones). Gracias a ello, Santa Cruz es el principal productor aurífero de Argentina, seguido por San Juan.
En el balance del año 2024, el sector minero fue uno de los que más creció: en el acumulado enero-octubre 2024, el Índice de Producción Industrial Minera (IPIM) que publica el INDEC creció un 6,4% en USD respecto del mismo período en 2023. Sin embargo, el aumento de los ingresos por exportaciones argentinas de oro y plata se dio gracias al incremento de los precios internacionales, no de la producción.
En cuanto a exportaciones, “habrán cerrado 2024 con unos USD 300 millones por sobre 2023 (cuando se exportaron USD 4.061 millones). Aumentaron las de oro y plata gracias a los precios, porque la producción fue pobre. Los proyectos en producción están maduros. En Santa Cruz, de los cinco que hay, a cuatro les queda una vida útil de 4 años más, que se pueden estirar un poco, pero con calidad y productividad cada vez menor”, dijo Roberto Cacciola, presidente de la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM).

En concordancia con ello, según el Informe Productivo de la Minería de la CAEM, el promedio productivo del período 2020-2023 se ubica 33% por debajo del período 2016-2019. En Santa Cruz y San Juan, por ejemplo, los volúmenes productivos cayeron un 32% y 46%, respectivamente, en 2023 respecto a 2018.
Esta baja se relaciona en gran medida con la madurez de operaciones que iniciaron actividad a finales de los años 90 y comienzos de los 2000. Tras dos décadas de actividad, los proyectos están registrando una caída en sus leyes minerales y se está agotando su vida útil, como expresó Roberto Cacciola. Asimismo, la producción proveniente de minas que iniciaron sus actividades recientemente, como Cerro Moro, Don Nicolás y Lindero, no están alcanzando para compensar los niveles previos. Finalmente, tampoco existen proyectos avanzados relevantes que prevean una reversión del deterioro productivo del sector.
No obstante, más allá del retroceso productivo, el oro continúa siendo el líder en lo que refiere a exportaciones mineras de Argentina: acorde a información publicada por la Secretaría de Minería de la Nación, el oro representó el 56% del total exportado en 2022. De la misma manera, es preciso resaltar que el oro ha sido el mayor contribuyente al presupuesto exploratorio global total de Argentina, con un promedio del 45% entre 2014 y 2023, con un pico en 2022 (USD 179,7 millones).

En los últimos años los presupuestos exploratorios recuperaron niveles observados antes de una década de merma en las inversiones entre 2013 y 2022, volviendo a poner a la Argentina en el top 10 de destinos de inversión. No obstante, la mayor parte de los esfuerzos (35%) se destina a la extensión de la vida útil de las minas en actividad, mientras que el 33% del presupuesto se dirige a proyectos avanzados.
En este sentido, la Secretaría de Minería de la Nación informó recursos por 56,4 millones de onzas (Moz) de oro a partir de 25 proyectos en exploración avanzada, los cuales requerirían de unos USD 2.872 millones para su construcción y puesta en producción; algunos de ellos son Hualilán, Lama, Taguas, Del Carmen y Don Julio en San Juan; El Dorado-Monserrat, La Josefina, Las Calandrias en Santa Cruz; y Calcatreu en Río Negro.
Por otra parte, una importante cantidad de oro factible técnica y económicamente de ser explotado se encuentra en grandes proyectos de cobre, donde el metal dorado actúa como subproducto. Ello se evidencia en los grandes pórfidos de cobre de la provincia de San Juan (Josemaría, Filo del Sol y Los Azules, entre otros), así como los proyectos Taca Taca (Salta) y MARA (Catamarca).
En conclusión, previendo un continuo aumento de los precios del oro en el futuro producto de crecientes tensiones geopolíticas e incertidumbre a nivel internacional, Argentina tiene el potencial de incrementar sus ingresos mineros a partir de la continuación de la exploración y la explotación de las minas de oro ubicadas en su territorio contra la Cordillera de Los Andes. Ya sea en depósitos donde el oro es el metal principal como en aquellos proyectos cupríferos donde el oro es un subproducto, el país tiene la oportunidad de aportar cantidades significativas de oro a la oferta global, en un mundo en tensión y con una incertidumbre creciente que vira cada vez más hacia activos seguros.