Hace poco más de un mes que Bangladesh lidia con protestas violentas en todo el país, donde se han reportado alrededor de 300 muertos y cientos de heridos. El medio India Today señala que las muertes podrían ascender a 1.400 personas.
Todo comenzó con varios grupos de estudiantes expresando su descontento contra un polémico sistema de cuotas que asignaba trabajos en el gobierno. Dicho sistema reservaba alrededor del 30% de los puestos de trabajo del Estado para veteranos que hayan peleado en la guerra de independencia del país (1971) y sus familiares.
La situación económica del país no es buena, las exportaciones cayeron y las reservas de divisas se agotan poco a poco. Hay una falta de empleos de calidad para los estudiantes recién graduados, quienes buscan refugio en los empleos gubernamentales los cuales son más estables y lucrativos.
Desde su inicio, las protestas fueron escalando y derivaron en una campaña para remover del poder a Sheikh Hasina, quien llevaba en la oficina más de 15 años. Debido a la gravedad de las protestas, la primer ministra fue forzada a renunciar y a escapar del país. Luego de esto, miles de personas celebraron en las calles, y otros cientos irrumpieron en la residencia oficial de Hasina.
Según The Daily Star, al menos 10.000 personas han sido arrestadas en el país desde que comenzaron los disturbios.
El jefe general del ejército, Waker-Uz-Zaman, fue quien informó la resignación de Hasina a través de un anuncio televisado a toda la nación, y adelantó la formación de un gobierno interino.
Para traer un poco de tranquilidad al caos, Zaman dijo que sostuvo conversaciones “fructíferas” con los líderes de todos los partidos políticos relevantes y anunció que pronto se juntaría con el Presidente Mohammed Shahabuddin para discutir lo que sigue. “El país atraviesa un momento revolucionario”, sostuvo Zaman, y agregó: “Les prometo a todos que haremos justicia a todos los asesinatos e injusticias. Les pedimos que tengan fe en el ejército del país. Asumo toda la responsabilidad y les aseguro que no se desanimen”. Luego, pidió paciencia a los manifestantes e instó a que no continuaran por el camino de la violencia.
Aun así, el país se encuentra en una situación extremadamente delicada, siendo que se ha roto la estabilidad política y social, lo cual no se resuelve de un día al otro y suele dejar sus consecuencias al largo plazo. La pregunta es si los ciudadanos quedarán conformes con la resignación de Hasina o demandarán más medidas, viendo que sus actos de violencia han dado resultados.