Recientemente, Joe Biden, presidente de Estados Unidos, anunció en un acto en Chicago su plan de política económica denominado “Bidenomics”, un término ya empleado por los medios y, que ahora el presidente utiliza como propio. El presidente enumeró sus logros en los últimos cuatro años y los pasos a seguir en un intento por impulsar su candidatura en las próximas elecciones. 

«Bidenomics» busca construir una economía que crezca “del centro para afuera y de abajo hacia arriba, no de arriba hacia abajo”. Su visión económica se basa en tres ejes principales: 

• Realizar inversiones públicas inteligentes.
• Empoderar y educar a los trabajadores para hacer crecer la clase media.
• Promover la competencia para reducir los costos y ayudar a los emprendedores y las pequeñas empresas a prosperar.

El presidente criticó la teoría económica del derrame que, según él, falló a la clase media norteamericana por décadas. Además, explicó que las raíces de los problemas se deben a la reducción de impuestos para las corporaciones ricas, la disminución de las inversiones en sectores críticos como la infraestructura y la educación, y la falta de protección de la competencia del mercado. 

De este modo, rechazó las políticas de los republicanos referidas a empujar mayores recortes en los impuestos para las grandes empresas y los más ricos, agregando billones de dólares al déficit. La teoría del derrame fue central para lo que se conoció como el “Reaganomics”, y continúa siéndolo para el partido republicano en su conjunto. Esta visión defiende que, al impulsar a los sectores de clase alta, los beneficios van a fluir hacia las clases medias y generará crecimiento económico. 

En este sentido, Biden marcó las problemáticas detrás de esta teoría. Explicó que estas políticas generaron inequidades, debilitaron la infraestructura e impulsaron mayores dificultades para comprar un hogar, pagar por la educación, empezar un negocio o retirarse con dignidad. 

Además, criticó que la anterior teoría económica empleada en el país generó una fuga de los trabajos. “Bajo la economía del derrame no importaba donde fabricaras las cosas, siempre y cuando ayudaras a los resultados de las empresas, incluso si eso significa ver a los trabajos e industrias irse al extranjero por mano de obra más barata”, comunicó el presidente norteamericano. Así, denunció el hecho de que las cadenas de suministro vayan a países como China.

Una hoja informativa publicada por la Casa Blanca detalló los logros obtenidos por la presidencia en cada uno de los ejes centrales. Respecto a las inversiones públicas, la economía de Biden se centró en la infraestructura, la energía limpia y los semiconductores. A este respecto, los esfuerzos se centraron en atraer inversiones al sector privado, alcanzando casi 500.000 millones de dólares en compromisos desde la asunción de Biden.

Medidas como la “Infrastructure Investment and Jobs Act” o la “Inflation Reduction Act” incluyeron financiamiento e incentivos fiscales para las construcciones industriales públicas y privadas. Además, destacó que los estados recibirán más de 42.000 millones de dólares para impulsar el servicio de internet y así lograr una mayor conectividad para los norteamericanos. Por demás, la ley de infraestructura otorgó financiación a 35.000 nuevos proyectos, incluyendo rutas, puentes y puertos. 

Acerca del segundo eje del Bidenomics, el comunicado destaca que Biden creó medidas para preparar a los trabajadores del futuro mediante la educación. De este modo, realizó inversiones como los 500 millones de dólares destinados al “Good Jobs Challenge”. El presidente celebra los 13 millones de trabajos creados y los bajos niveles de desempleo desde que comenzó su mandato. 

Por último, el presidente impulsó la competencia en la economía para reducir los costos y nivelar las condiciones para las pequeñas empresas. En este sentido, el informe destaca la orden ejecutiva emitida en el 2021 para prohibir o limitar las cláusulas no-competitivas.

A pesar de los esfuerzos de Biden, la población mostró en diferentes encuestas sus dudas y preocupaciones acerca de la economía. Se trata de un tema central para definir quién será el próximo presidente de Estados Unidos. Por ello, este plan económico será la pieza central para la campaña de Biden del 2024, pues revertir la percepción negativa actual sobre la economía es su principal desafío.