Luego de varias semanas de rumores, el pasado miércoles se firmó en Washington el acuerdo entre la compañía estatal BOTAŞ de Turquía y el gigante petrolero estadounidense ExxonMobil. El acuerdo se centra en el gas natural licuado (GNL) y es a diez años.
A la ceremonia de la firma del acuerdo acudieron Alparslan Bayraktar, ministro de Energía de Turquía y la secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm. Según los últimos reportes, Turquía va a recibir anualmente por la extensión del acuerdo 2,5 millones de toneladas métricas de GNL. Esto equivaldría a mil millones de dólares.
“Estados Unidos es uno de los países importantes desde los que actualmente suministramos GNL. Con este acuerdo, que se prevé a largo plazo, daremos un paso más en la diversificación de nuestros recursos”, declaró Bayraktar. El ministro de Energía turco agregó qué: “Somos de los pocos países a nivel mundial con nuestra capacidad de gasificación. Continuaremos contribuyendo a la seguridad del suministro energético tanto de nuestro país como de nuestra región”.
Turquía sigue siendo, además de un gran importador, un enorme consumidor de GNL. Originalmente esta demanda era suplida casi en su totalidad por el gas ruso. A partir de la guerra entre Rusia y Ucrania, Erdogan y su gabinete han buscado diversificar su matriz energética y el origen del gas, ya que el gas ruso está enormemente sancionado por Estados Unidos. A través de esto, intentan no depender no solo de Rusia, sino de ningún país. Aun así, sigue dependiendo, en menor medida, del gas ruso, así como también del gas traído de Irán, y del gas de Azerbaiyán, su gran aliado en el Cáucaso.
Según cálculos hechos por Financial Times, el acuerdo de GNL con Exxon representaría aproximadamente el 7% del consumo de gas natural de Turquía el año pasado, según datos de la Autoridad Reguladora del Mercado de la Energía. El consumo de gas natural es principalmente para la generación de electricidad y como fuente de combustible doméstico para el 80% de su población. En base a intentar de diversificar el suplemento de gas, Turquía también firmó un acuerdo en enero con Oman LNG, un joint venture con sede en Omán, que le significará a Turquía 1 millón de toneladas de GNL anualmente hasta 2025.
Por su condición especial de ser un puente entre Europa y Medio Oriente, Turquía es, geopolíticamente hablando, muy importante. Como se puede observar en el mapa, una gran cantidad de oleoductos y gasoductos pasan por su territorio, tanto como para proveerse como para llevar gas o petróleo a Europa. Es por eso además que Erdogan tiene intenciones de que el país se posicione como un hub logístico energético en el Mediterráneo y el Mar Negro. Esto, sumado a su posición importante en OTAN, incrementarían su poder regional, algo transversal en la política exterior de Erdogan.
Esto cae en medio de tensiones entre el gobierno de Erdogan e Israel, el mayor aliado de Estados Unidos en la región de Medio Oriente, en el contexto de la guerra en Gaza. Las relaciones parecen comprometidas, con Turquía deteniendo todo comercio con Israel para todos los productos. Además, Erdogan respaldó el liderazgo de Hamás. A pesar de esto, las relaciones entre Estados Unidos y Turquía parecen estar en un gran momento. Sumado al acuerdo que firmaron por gas natural líquido, en enero Estados Unidos aprobó la venta de 40 aviones de combate F-16 valuados en 23 mil millones de dólares, a cambio de que Turquía ratifique a Suecia como miembro de OTAN.