El pasado lunes 7 de agosto, el Banco Central de la República del Brasil anunció el lanzamiento de su propia moneda digital (CBDC, según siglas en inglés), planificado para el 2024, la cual se llamará DREX. De esta manera, a pesar de que muchos países sudamericanos están trabajando en proyectos de este tipo, Brasil se convertiría en el pionero regional con esta tecnología.
Si observamos el contexto internacional, vemos que China es líder en este ámbito, pues está ejecutando el proyecto piloto más grande del mundo. En este sentido, desde France24 comentan que “El gigante asiático reveló recientemente que las transacciones a través de este medio alcanzaron los 1,8 billones de yuanes (249.330 millones de dólares) a finales de junio, una cifra, según el gobernador del Banco Central, Yi Gang”. Por otro lado, India ya tiene una moneda digital en circulación y, recientemente, comentamos el lanzamiento del Rublo Digital por parte de Rusia. Finalmente, Sudáfrica se encuentra en etapas de estudio.
Con esto podemos observar que hay una postura clara por parte de los BRICS en favor de la implementación de monedas digitales. Además, se trata de un bloque que apuesta por una desdolarización que permita la transición hacia un sistema monetario más multipolar que el actual, donde predomina la divisa norteamericana.
Las monedas digitales emitidas por los bancos centrales se caracterizan por la evolución digital y criptográfica de las monedas fiat, con la diferencia de que son activos centralizados controlados por el gobierno y su Banco Central. Es decir, utilizan la digitalización intentando optimizar sus ventajas, pero manteniendo parámetros típicos de las monedas fiat. En este sentido, son emitidas y reguladas por el Banco Central, además de que su valor está atado a la moneda nacional.
Desde el Banco Central de Brasil, aseguran que “proporcionará un entorno seguro y regulado para la generación de nuevos negocios, y un acceso más democrático a los beneficios de la digitalización de la economía para ciudadanos y emprendedores”.
Los beneficios de las monedas digitales son similares, aunque no idénticos, a los conocidos sobre el uso de las criptomonedas, que comentamos en un artículo anterior. A grandes rasgos, algunos de los beneficios son:
- la inmediatez de las transacciones;
- la baja carga impositiva;
- la disminución de los costos de su emisión;
- la inclusión financiera; y
- el aumento de la seguridad del sistema monetario.
Habrá que seguir de cerca la evolución de las pruebas del DREX para ver cómo impacta en la economía y en la vida cotidiana de los ciudadanos. Estos lanzamientos de monedas digitales oficiales se enmarcan en un contexto en donde los Estados buscan ofrecer alternativas a las criptomonedas, que escapan a la regulación de los bancos centrales. En síntesis, Brasil se ubica como pionero regional con el anuncio de su moneda digital y se suma a los países que ya han comenzado etapas avanzadas para su implementación.