Cuando hablamos de Latinoamérica en relaciones internacionales no se puede dejar de nombrar al gran actor: la República Federativa de Brasil. Este país es el más grande en superficie de la región, con 8.511.965 km2 y el quinto en el mundo. A enero de 2023, tienen una población estimada de 215.586.573 habitantes.
Ahora bien, Brasil no solo es reconocido por su gran extensión territorial y sus habitantes, sino también por su posición económica. El país se encuentra entre los 30 mayores exportadores e importadores del mundo, y tiene un enorme potencial económico. Según los últimos datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), tiene un PBI de 1.808.080 millones de dólares, mientras que posee un PBI per cápita de $7.770 dólares.
Brasil cuenta con una estructura productiva diversificada: el más relevante es el sector primario, a pesar de estar en una leve caída recientemente; luego está el sector industrial, que está en crecimiento y se concentra en los estados del noroeste y sureste del país; y, por último, nos encontramos con un sector de servicios ampliamente desarrollado.
De forma complementaria, según las previsiones del FMI, el volumen de exportaciones de bienes y servicios aumentó un 2,2% en 2022 y se espera que crezca en un 4,4% en 2023; mientras que el volumen de las importaciones de bienes y servicios bajó un 6,8% en 2022 y se espera que crezca en 1,8% 2023.
A su vez, la balanza comercial de Brasil es estructuralmente positiva, pero ha disminuido en los últimos años debido a la caída en los precios de las materias primas, el aumento en las importaciones de energía y la disminución en la competitividad de los productos brasileños. Como superpotencia agrícola mundial, Brasil tiene como objetivo de política de comercio exterior conquistar mercados, pero siempre preservando su posición de influencia.
Por otro lado, los principales socios a los que Brasil destina sus exportaciones son:
Como se puede observar, los dos actores más importantes dentro del sistema internacional actualmente están dentro del top dos de socios comerciales de Brasil: China y los Estados Unidos. A su vez, cabe destacar que, hasta el 2009, Estados Unidos era el socio comercial número uno del país, año en el que China le quitó dicho puesto.
Luego, es importante remarcar que, tanto en importaciones como exportaciones, Argentina está dentro del top 5 de países socios; único país de la región que se encuentra en las posiciones más altas de este ranking. Esto demuestra la importancia que posee Argentina en el marco de políticas y relaciones brasileñas, y viceversa. Es más, Brasil es el principal socio comercial de la Argentina, siendo el primer destino de sus exportaciones, que representa un 15,1% del total de las exportaciones argentinas.
Y esta relación con Argentina no se destaca solo en lo comercial, sino que también mantienen importantes acuerdos de cooperación internacional en otras áreas estratégicas, entre los que destacan la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (ABACC), el Centro Argentino Brasileño de Biotecnología (CABBIO) y el Centro Argentino Brasilero de Nanotecnología (CABN).
Continuando con Brasil, a nivel global, este ha tenido vocación de liderazgo e intención de reforzar su actividad y su peso en las instituciones internacionales en las que pertenece. Esto se ve plasmado, fundamentalmente, en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, donde hace años aspira a ser miembro permanente. A su vez, participa y es miembro del G20 y del BRICS -que agrupan a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
A nivel regional, Brasil es miembro de un buen número de organizaciones, como la Organización de Estados Americanos (OEA), la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR). De todas formas, desde el comienzo en 2023 del gobierno de Lula, se ha anunciado la intención de volver a incorporarse tanto en la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) como en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Brasil, a fin de cuentas, defiende una postura clara dentro del sistema internacional: mantener un multilateralismo de carácter cooperativo. Este lineamiento dentro de la política exterior brasileña es histórico y se ha mantenido a lo largo del tiempo. Con la llegada de Lula al poder en enero del 2023, podemos esperar una continuidad de este fenómeno.