Tras el plebiscito de ayer domingo, se mantendrá impoluta la Constitución chilena de 1980, redactada durante el gobierno de Augusto Pinochet, la cual solo fue reformada durante el proceso de transición hacia la democracia. Se trata del segundo proyecto de reforma de la Carta Magna que el pueblo chileno rechaza en los últimos dos años.
Con un 99% de las mesas escrutadas, el “En contra” de la reforma de la Constitución se impuso con un 55,7% de los votos, informó el Servicio Electoral (Servel) en su sitio web. Este resultado supone el fin de un proceso de cuatro años que surgió en Chile producto de los estallidos sociales comenzados en octubre de 2019. También, se agotan de esta manera las posibilidades de Gabriel Boric, actual presidente de Chile, de cumplir con una de sus promesas de campaña.
“Durante nuestro mandato se cierra nuestro proceso constitucional”, resaltó Boric tras la publicación de los resultados oficiales desde el Palacio de La Moneda. “El país se polarizó y dividió. La política ha quedado en deuda con Chile”, sentenció el mandatario chileno, haciendo referencia al incumplimiento de su promesa de campaña.
Además, el líder chileno invitó a “abandonar las trincheras y la imposición de visiones parciales” para atender los problemas prioritarios que apremian a los chilenos y, recurriendo a una metáfora futbolística, pidió “pelota al piso, humildad y trabajo“.
Al momento de votar, Boric valoró la importancia democrática del plebiscito, diciendo que el mismo “fortalece la democracia más allá del resultado”; y resaltó que “nuestro gobierno seguirá trabajando con las prioridades de la gente, independientemente de lo que suceda hoy“.
La participación del pueblo chileno en este plebiscito constitucional fue menor a la del plebiscito que también intentó modificar la constitución el año pasado. Si bien más de 15 millones de personas estaban habilitadas para participar del sufragio, tanto en Chile como en el exterior, según informó La Nación, los carabineros de Chile indicaron que más de 340.000 personas manifestaron razones para no participar de las elecciones, triplicando las presentadas en el proceso anterior.
Tras el fracaso del sector de la izquierda chilena en su intento de modificar la Constitución en el plebiscito de 2022, el cual fue rechazado por el 61% de los votos, ahora es el sector de la derecha chilena conservadora, que tenía mayoría en el Consejo Constitucional, la que fracasa en modificar la Carta Magna.
“Los republicanos somos distintos. Cuando ganamos, ganamos y cuando perdemos, perdemos. Y esta noche, una gran mayoría de chilenos ha rechazado la propuesta constitucional que nosotros impulsamos desde el Consejo Constitucional. Y reconocemos esa derrota con mucha claridad y también con mucha humildad”, señaló José Antonio Kast, líder del Partido Republicano, quien también reconoció que su partido, junto con sus aliados, fracasó en el esfuerzo “por convencer a los chilenos que esta era una mejor Constitución que la vigente”.
Asimismo, Javier Macaya, presidente de la Unión Demócrata Independiente, uno de los partidos de derecha que apoyó la nueva propuesta del Partido Republicano, reconoció la derrota, y resaltó que, “cuando partió este largo y tortuoso proceso que ha durado ya cuatro años, los chilenos dijeron al comienzo de esta historia que querían una nueva constitución. Hoy día por segunda vez ya que ha quedado ratificada la Constitución vigente en Chile, y es importante en eso ser coherentes con esta respuesta democrática que ha planteado nuestro país”.
“Nosotros reconocemos este resultado, que es evidente, una muestra del cansancio constitucional que tiene nuestro país y, por cierto, la responsabilidad que nosotros tenemos como partido tiene que ver también con contribuir y ser consecuente con lo que ha manifestado la democracia”, añadió Macaya.