No es ninguna novedad que China tiene intereses en el continente africano, y que se ha dedicado a fomentar las relaciones internacionales con la región para estrechar sus vínculos. Más allá de los recursos naturales, el interés de China se extiende al desarrollo de infraestructura, el comercio, la inversión y la transferencia de tecnología, contribuyendo significativamente al desarrollo de habilidades, la creación de empleo y los avances tecnológicos en diversos sectores.
La Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés), lanzada en 2013, es un testimonio del compromiso de China con el desarrollo de África. Haciendo hincapié en el desarrollo de la infraestructura, la Iniciativa de la Franja y la Ruta busca conectar África, Europa y Asia con las rutas comerciales mundiales.
Sin embargo, mucho se ha hablado sobre la llamada “trampa de la deuda”. La noción de “diplomacia de la trampa de la deuda” sugiere que China carga deliberadamente a los países africanos con una deuda excesiva, lo que luego le da a China una influencia indebida sobre ellos, lo que podría comprometer su soberanía y sus perspectivas económicas futuras. Sin embargo, es esencial reconocer que la sostenibilidad de la deuda es una responsabilidad compartida entre prestamistas y prestatarios.
Si bien es cierto que algunos países africanos se han enfrentado a dificultades para pagar la deuda, el problema no puede atribuirse únicamente a China. La sostenibilidad de la deuda requiere una toma de decisiones informada, acuerdos financieros transparentes, un endeudamiento responsable y una utilización eficiente de los fondos prestados.
De hecho, la deuda de los países africanos con China representa una parte relativamente pequeña de su deuda externa total, y no toda la deuda africana puede atribuirse a China. Muchos países africanos tienen diversas fuentes de deuda de varios prestamistas internacionales.
La Comisión del Arancel de Aduanas del Consejo de Estado, el gabinete de China, anunció el 6 de diciembre que el 98 por ciento de los productos imponibles de Angola, Gambia, la República Democrática del Congo (RDC), Madagascar, Malí y Mauritania estarían exentos de aranceles de importación a partir del lunes.
Sarah Wang, directora ejecutiva de Beijing Wise Century Trading Co, que vende una gama de productos africanos, dijo al Global Times el lunes que tales medidas tendrán una gran implicación para el comercio entre estos países y China.
“Con aranceles cero, estos países podrían ampliar los canales de venta de sus productos locales, encontrar nuevas formas de generar reservas de divisas y crear empleos”, dijo Wang.
La implementación de la exención fiscal es un paso significativo que contribuye al cumplimiento de la asociación estratégica y de cooperación integral China-África, y a la realización de su responsabilidad en el marco de la Iniciativa de Ayuda para el Comercio liderada por la OMC.
Elevar el comercio es una herramienta clave que mejorará el autodesarrollo de África y una mayor integración en las cadenas de suministro mundiales. En los últimos dos años, 21 países africanos se han beneficiado de la eliminación por parte de China de los aranceles sobre el 98 por ciento de sus productos imponibles, según informes de prensa.
La medida tiene como objetivo encarnar el espíritu de amistad y cooperación China-África, y facilitar una comunidad China-África de alta calidad con un futuro compartido. En el siguiente paso, China ampliará su trato de arancel cero a todos los países menos desarrollados con los que ha establecido relaciones diplomáticas.
Además de impulsar el comercio bilateral, el tratamiento sin aranceles ayudará a los países africanos con sus recuperaciones económicas posteriores a la pandemia, dijo el lunes He Wenping, investigador principal de la Sección de Estudios Africanos de la Academia China de Ciencias Sociales, al Global Times.
La exención de impuestos es también una implementación importante de los compromisos asumidos por China en el 8º Foro de Cooperación China-África celebrado en 2021, incluido el aumento del alcance de los productos que disfrutan de un trato arancelario cero para los países menos desarrollados que tienen relaciones diplomáticas con China.
Los observadores dijeron que la exención de impuestos impulsará el comercio, especialmente para el floreciente sector agrícola, al tiempo que promoverá que más productos africanos de alta calidad ingresen al mercado chino a precios más competitivos.