Desde hace algunos años, China posee la mayor Marina de guerra del mundo. Aún más, su capacidad de construcción de buques es mucho más grande que la de Estados Unidos. Según un informe de la Oficina de Inteligencia Naval de Estados Unidos que se ha filtrado a la prensa, la capacidad de construcción de buques de China es de 23,2 millones de toneladas al año, 232 veces más que la de 100.000 toneladas de los astilleros norteamericanos.
El poder marítimo ha sido históricamente un gran determinante en las relaciones de poder global y la capacidad de las naciones e imperios de proyectar su voluntad en todo el mundo. El Imperio británico, la Marina alemana en la Primera y Segunda Guerra Mundial, y la propia Armada estadounidense desde 1945, son ejemplos de la construcción de poder por vía naval.
Según la Oficina de Inteligencia Naval estadounidense, la Marina china posee unos 355 buques, frente a los 296 de los Estados Unidos. Mirando hacia el futuro, para 2035, los especialistas esperan que Beijing tenga unas 475 unidades frente a unas 317 estadounidenses. Según Brent Sadler, investigador principal de guerra naval y tecnología avanzada en el Centro de Defensa Nacional de la Heritage Foundation, “no veo ninguna posibilidad en el corto plazo en la que realmente comencemos a cerrar la brecha con los chinos“. La razón parece ser sencilla, la diferencia de capacidad de construcción de buques entre ambos es enorme.
El creciente desarrollo de más unidades navales chinas responde a un proceso integral de modernización y expansión de las capacidades militares chinas. Este proceso iniciado hace años, y teniendo como objetivo ser culminado en 2049, ha sido adelantado. En 2017, Xi Jinping anunció que se concretaría el plan de modernización militar para 2035.
Hasta hace pocos años, los analistas navales calificaban a la marina china como una “armada de aguas verdes”, esto es, una fuerza destinada a navegar y proteger las aguas nacionales y los espacios marítimos relativamente cercanos a China continental. Sin embargo, la construcción de un portaaviones de industria local, sumado a sus dos portaaviones importados y modificados, destructores con misiles guiados y buques de asalto anfibio, hacen pensar que la marina china está pensando más allá.
Es muy probable que la Armada china se esté convirtiendo en una fuerza de “aguas azules”; es decir, con capacidad para operar a nivel internacional y en aguas a miles de kilómetros de su espacio tradicional. Recientemente, muchos analistas estiman que China ha estado interesada en conseguir acceso a puertos o construir bases navales, en Camboya y en Guinea Ecuatorial, lo cual le daría un puerto de acceso al océano Atlántico.
Sin embargo, no todo lo que brilla es oro. Si bien China tiene hoy en día la mayor cantidad de buques en términos de unidades, la Marina de los Estados Unidos sigue siendo mucho más poderosa, empezando por el hecho de que su capacidad de desplazamiento es el doble que la que posee el país asiático. Aún más, la Marina estadounidense podría contar con más de 10.000 misiles ofensivos en toda su flota, contra unos 4.000 de China.
Asimismo, Estados Unidos posee 11 portaaviones contra los 3 chinos. También cabe destacar que, si bien China tiene una capacidad enorme de construcción de buques, Estados Unidos tiene algo bastante único: aliados. Recientemente, muchos especialistas están abogando por que Washington comience a construir buques con países aliados con gran capacidad y experiencia en construcción naval como Corea del Sur o Japón.
La competencia entre Estados Unidos y China continúa su proceso ascendente, y un área clave en esta disputa hegemónica es sin dudas el entorno marítimo. El control, en primera instancia, del Océano Pacifico ha sido central para la habilidad de Estados Unidos de construir poder y proyectarlo desde 1945 hasta hoy. Por primera vez, ese control está siendo no sólo puesto a prueba, si no en algunas áreas superado.