Se dio a conocer a fines de la semana pasada que Corea del Norte ha decidido cerrar sus embajadas en diversos países, entre ellos España, Hong Kong, Angola y Uganda. Acorde a un funcionario del gobierno vecino de Corea del Sur, el cierre de estas embajadas se atribuye a que el régimen de Kim Jong-un está teniendo complicaciones para generar dinero suficiente para mantener representaciones diplomáticas en el extranjero a causa de las sanciones internacionales.
Así, mientras desde Corea del Sur afirman que la decisión refleja la pobre situación económica en la que se encuentra el país, un portavoz del gobierno de Kim Jong-un estableció que el objetivo es “reorganizar la capacidad diplomática”, afirmando que “estamos llevando a cabo operaciones de retirada para restablecer nuestras misiones diplomáticas de acuerdo al cambio geopolítico a nivel global y a la política diplomática nacional”;
Concretamente, se darán de baja más de una docena de misiones diplomáticas, lo cual complica aún más la situación económica de un país que se encuentra cada vez más aislado del sistema. El pasado lunes, el medio estatal norcoreano KCNA afirmó que los embajadores en Uganda y Angola dieron una visita de despedida a los líderes de ambos países. Además, la prensa local de ambos países africanos confirmó el cierre de las embajadas norcoreanas en sus respectivos territorios.
Recordemos que Uganda y Angola han mantenido relaciones amistosas con Corea del Norte desde los años setenta, incluyendo cooperación militar. Por esto, llama la atención la decisión que ha tomado el gobierno norcoreano, cerrando embajadas en países con los cuales está alineado, a medida que mantiene embajadas países con los cuales rivaliza, como el Reino Unido e Italia.
Los cierres de dichas embajadas suponen una de las mayores reestructuraciones de la política exterior de Corea del Norte en décadas, afectando cuestiones como el compromiso diplomático y el trabajo humanitario dentro del país.
La administración de Corea del Norte representa un retroceso y un constante choque con la evolución del sistema internacional. Mientras que los países se ven cada vez más envueltos en relaciones de interdependencia, ya sea de forma bilateral o multilateral, el país asiático hace todo a su alcance para permanecer siendo una incógnita.