Corea del Sur comenzará a complementar a sus aviones caza tripulados con aeronaves autónomas operadas por inteligencia artificial, con el objetivo de ampliar y potenciar las capacidades de los pilotos.
La empresa Korea Aerospace Industries, productora del KF-21, el más moderno caza de 4.5 generación del país asiatico, está desarrollando una serie de aeronaves que puedan servir para actuar como señuelos para burlarse del enemigo; realizar guerra electrónica con un bloqueador a bordo; llevar a cabo misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento con una carga útil electro óptica/infrarroja; o realizar misiones de ataque con sus propia ojivas.
Los nuevos KF-21 que entrarán en servicio en 2026, tiene la capacidad de instalarles tecnología más avanzada una vez producidos para convertirse en aviones de 5ta o 6ta generación. Estos aviones podrían controlar hasta cuatro de los drones de combate. A su vez, cada compañero leal del piloto estaría al mando de cuatro aeronaves no tripuladas extras. Básicamente, esto significa que el poder de combate de un solo KF-21 se expandirá a 20 aviones no tripulados. El plan tiene un plazo de desarrollo que va desde 2025 a 2037. Para producir en masa estas capacidades, la empresa surcoreana está buscando socios comerciales en países como Qatar, los Emiratos Árabes y Arabia Saudita.
La apuesta para desarrollar una mayor integración entre tecnologías inteligentes y plataformas convencionales de combate responde a una necesidad dual. En primer lugar, las tensiones con Corea del Norte continúan en aumento, por lo que un salto en capacidades militares que no posea el potencial enemigo es altamente necesario. Recientemente la Asamblea Suprema del Pueblo, el órgano legislativo de Corea del Norte, votó para abandonar toda cooperación económica con el sur, dejando de lado también agencias dedicadas a trabajar en posibilidades de reunificación, marcando un nuevo mínimo en las relaciones entre ambos países.
En segundo lugar, Corea del Sur tiene un enorme problema de reclutamiento de nuevos soldados. Esta realidad obedece a la enorme crisis demográfica que enfrenta el país asiático. Según estudios del Fondo de Población de las Naciones Unidas, la tasa de fecundidad de Corea del Sur es de tan solo 0,9, siendo 2,1 nacimiento por mujer el número esperable para mantener una población estable. En la práctica, estos números implican que la población del país disminuirá de 51 millones en el presente a 36.2 millones para 2072, una caída del 30%.
Frente a esta realidad el gobierno en Seúl está apostando a la plena integración tecnológica con sus fuerzas convencionales para acrecentar su poder disuasorio frente a su principal adversario. Aún más, las crecientes tensiones en la región en un contexto de expansión económica y militar china, aumentan las necesidades militares. Corea del Sur no está sola en su integración tecnológica, como hemos mencionado antes las Fuerzas Armadas de Estados Unidos también planea la incorporación de naves no tripuladas con inteligencia artificial para que trabajen de forma integral con sus pilotos. Esto podría permitir a futuro, una mayor interoperabilidad de las Fuerzas Armadas surcoreanas en un área de avanzada con su principal aliado.