El gobierno chino está privando tanto a los trabajadores del Estado como a trabajadores de empresas públicas de utilizar el iPhone en ambientes laborales. Como consecuencia, las acciones de Apple han caído hasta un 4%. Esta prohibición también representa un desafío para la compañía americana dado que China es su mercado extranjero más grande y su base de producción global más importante.
La producción de Apple está muy centrada en China, donde se fabrican alrededor del 90% de sus productos. Sin embargo, luego de inestabilidad política y complicaciones adjudicadas a la pandemia, la compañía americana tiene planes avanzados para mover su producción a otros países, incluyendo Vietnam y la India.
El reconocido analista de Morgan Stanley, Erik Woodring, se expresó al respecto: “China es crítica para el éxito de Apple, pero Apple es crítico para la economía china”.
Si bien esto no es algo nuevo, ya que China impone restricciones a tecnologías extranjeras en ambientes laborales desde 2018, la medida representa la creciente desconfianza de China en la tecnología proveniente de Estados Unidos.
Algunos analistas sugieren que esta medida forma parte del “toma y daca” que juegan el gobierno de China y Estados Unidos hace ya algunos años.
Podemos ver medidas similares por parte de Estados Unidos, así como la desaprobación de nuevos equipos de telecomunicaciones de las empresas chinas Huawei Technologies y ZTE el pasado mes de noviembre. Otro ejemplo sería la prohibición de la aplicación china TikTok para celulares vinculados al gobierno estadounidense.
Otra medida impuesta por China ligada a la tecnología, demanda que los operadores de infraestructura importante en el país dejen de comprar productos del fabricador de chips americano Micron Technology, para seguir un esfuerzo por ser más autosuficientes en fabricar semiconductores.