El general de brigada (GB) Jorge Berredo, conocido dentro del Ejército Argentino como «general berrinche», es una esponja de poder forjado durante los mandatos kircheneristas en su afán de alcanzar la jefatura del Ejército.
Esta semana se conoció que el presidente de la República Argentina Javier Milei, Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, decidió no continuar con el proceso de ascenso del GB Jorge Berredo, algo totalmente normal dentro de la dinámica institucional de cualquier fuerza armada.
Fue así que el general Berredo lanzó una campaña mediática de berrinche y cuestionamiento al presidente Milei, con el fin último de desprestigiar en el público general al Ejército Argentino.
Además, en su afán de desestabilizar al Ejército Argentino, al ministro de Defensa y al presidente, intentó utilizar a la vicepresidente Victoria Villarruel con una connotación negativa para enemistar al jefe del Ejército, GD Carlos Alberto Presti, con Milei.
El GB Berredo es el hijo político del TG Martín Paleo, quién fue Jefe del Estado Mayor Conjunto durante el gobierno de Fernández y el arquitecto del desastre militar de Taiana. Personal militar lo caracteriza a Berredo como un mercenario del poder, capaz de sentarse con todo el arco político sin ninguna moral. No es querido por ningún subalterno que haya estado bajo su mando.
En la jerga militar le dicen tornillo: aprieta para abajo y afloja para arriba.
Estaba apuntado como futuro jefe del Ejército en caso de que Sergio Tomás Massa ganara las elecciones de 2023.
Dato de color: Jorge Berredo no iba a ascender a general de brigada por el Ejército durante el gobierno de Macri, pero por su manejo político y cercanía personal fue colocado en la lista de ascensos a dedo por el entonces JEMCO Bari del Valle Sosa.
Durante estos meses, muchos testimonios aseguran que el GB Berredo manifestaba con seguridad que el gobierno del presidente Javier Milei caería y que Argentina explotaría socialmente, momento en el cual él asumiría como jefe del Ejército o jefe del Estado Mayor Conjunto. Una idea similar fogoneaba Paleo ya desde el retiro.
Volviendo al berrinche actual, al no materializarse ese escenario debido al éxito de gestión del gobierno nacional, Berredo decidió desatar toda su ira bajo el concepto de «irse con máximo daño» a todo aquel que se haya puesto en contra de su ascenso, comenzando por el presidente de la Nación.
Fue entonces cuando a mediados de año le mandó una carta directa al presidente Milei, sin pedir permiso, vulnerando la cadena de comando y denunciando la supuesta amenaza por parte del jefe y segundo jefe del Ejército Argentino de darle el pase a su mujer que es coronel médica en el Hospital Militar Central. Todo esto sabiendo que por ley no puede ser alejada de Buenos Aires por ser su conyugue. Además, el GB Berredo presentó una denuncia ante la justicia federal por dicha «amenaza». Un papelón.
Como si fuera poco, el GB Berredo involucra falazmente a dos mandos superiores como testigos en este berrinche. Para sorpresa de todos, ambos ya aclararon ante las autoridades pertinentes que confirman lo opuesto de lo denunciado por Berredo.
Posterior a esto, Berredo se catapultó con operadores mediáticos para continuar ensuciando al Ejército Argentino y al gobierno nacional. Todo esto sin pedir autorización a su cadena de comando, hablando mal de sus superiores, de la institución y de los procedimientos para la selección de los mandos superiores de las FFAA, siendo una potestad discrecional del jefe de Estado y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas.
En resumidas cuentas, Berredo fue un error del sistema. Un payaso avido de poder que en cuanto terminó el tiempo de su número, decidió no salir de la centralidad de la escena.
¿Habrá incurrido el general Berredo en la figura de falta grave? ¿O habrá incurrido en la de falta gravísima? Solo queda esperar al desenlace de su triste payasesco número.