El presidente francés, Emmanuel Macron, llegó a Kazajistán el miércoles como primera parada de su gira por Asia Central, una región considerada como el patio trasero de Rusia que ha atraído la atención occidental desde que comenzó la guerra en Ucrania. Según la radioemisora francesa RFI, los principales objetivos de Macron eran asegurar materias primas, fundamentalmente uranio, y alcanzar un contrato para la construcción de una planta de energía nuclear.
Kazajistán, país rico en petróleo, ya se ha convertido en un proveedor de crudo para las naciones europeas, luego de que el continente intentara desacoplarse del suministro ruso desde febrero de 2022. Además, Kazajstán y todo Asia Central suponen una ruta comercial alternativa a Rusia para llegar desde Europa a China.
Además de petróleo, Kazajstán es un importante exportador de uranio. En una reunión con el presidente kazajo, Kassym-Jomart Tokayev, Macron felicitó a su homólogo por negarse a ponerse del lado de Moscú en Ucrania y recordó la firma de acuerdos comerciales, incluida una declaración de intenciones para una asociación en el área tan buscada de tierras y metales raros.
«No subestimo de ninguna manera las dificultades geopolíticas, las presiones […] que algunos pueden estar poniéndote«, dijo Macron a Tokayev, quien calificó la visita de «histórica«. Francia valora «el camino que está siguiendo para su país, negándose a ser vasallo de cualquier potencia y tratando de construir relaciones numerosas y equilibradas con diferentes países«, agregó el líder francés.
«Respetamos a nuestros amigos, estamos aquí cuando nos necesitan y respetamos su independencia«, expresó Macron, para luego añadir que, “en un mundo donde las grandes potencias quieren convertirse en hegemónicas, y donde las potencias regionales se vuelven impredecibles, es bueno tener amigos que compartan esta filosofía«.
«Podremos avanzar en importantes asuntos internacionales, subrayar nuestro compromiso con la carta de las Naciones Unidas y principios como la integridad territorial y la soberanía nacional«, dijo a través de un intérprete. Amén de estas declaraciones, lo cierto es que Kazajistán atrajo la atención de Macron principalmente por sus vastos recursos de uranio.
RFI afirma que, según un estudio de la Asociación Nuclear Mundial (WNA, por sus siglas en inglés), publicado en agosto de este año, Kazajistán posee el 12% de los recursos mundiales de uranio y, en 2021, produjo unas 21.800 toneladas.
Ya en 2009, el país asiático se había convertido en el primer productor mundial de uranio, con casi el 28% de la producción mundial. En 2019, el país produjo el 43% del uranio del mundo. Esto toma relevancia teniendo en consideración que, en julio de este año, un golpe de Estado en Níger levantó dudas sobre el abastecimiento de uranio para las centrales nucleares francesas, que dependían en un 15% del suministro nigerino. A ello se le suma la ya establecida incertidumbre respecto al suministro de uranio ruso desde la invasión de Ucrania.
Hay que tener en cuenta que, el pasado mes de julio, Macron visitó Mongolia, donde Francia se involucró en un proyecto de minería de uranio dirigido por Badrakh Energy, una empresa gestionada conjuntamente por la francesa Orano y la mongola Monatom.
En Kazajistán, el gigante nuclear francés Orano participa en KATCO, una joint venture con NAC Kazatomprom JSC, además de otros proyectos desde la década de 1990, y se ha expandido recientemente a Uzbekistán. En este sentido, el presidente de Orano, Claude Imauven, acompañó a Macron en su viaje junto con otros 14 ejecutivos franceses.
Francia cuenta actualmente con 18 centrales nucleares que albergan 56 reactores. Se prevé que esa cifra aumente en los próximos años, y con ello la necesidad de uranio. En respuesta a la necesidad de reducir las emisiones de combustibles fósiles y la dependencia francesa de energía extranjera, Macron anunció, en febrero de 2022, que Francia gastaría 51.700 millones de euros para construir otros 14 nuevos reactores nucleares en un período de 28 años.
Otro punto de interés para Macron es la reintroducción de la energía nuclear en Kazajistán. De 1972 a 1999, un solo reactor nuclear ruso funcionó en Kazajstán, generando electricidad y desalinizando agua. Hoy en día, el país cuenta con una importante planta que fabrica pellets de combustible nuclear, según anunció la WNA.
En este contexto, en septiembre de este año, World Nuclear News informó que el Ministerio de Energía de Kazajistán «ha propuesto la posible reintroducción de la energía nuclear para reducir la dependencia del país de los combustibles fósiles, diversificar su combinación energética y reducir las emisiones de CO2«.
JSC Kazakhstan Nuclear Power Plants (KNPP), propietaria y operadora de futuras centrales, comenzó a preparar un estudio de viabilidad en 2018. En una entrevista de 2021 con la agencia de noticias rusa Interfax, el director general de KNPP, Timur Zhantikin, dijo que era urgente «diversificar la energía de Kazajistán» lejos de los combustibles fósiles, añadiendo que se iba a construir una planta nuclear en el sur del país.
Así las cosas, Kazajistán puede elegir a la francesa Électricité de France (EDF) para que se convierta en el socio extranjero. Según un informe del Astana Timespublicado en enero, el vicepresidente senior de EDF, Vakis Ramany, discutió «mejorar la cooperación en el uso pacífico de la tecnología nuclear«, con la posibilidad de que EDF proporcione su reactor EPR-1200 para la primera planta de energía nuclear de Kazajstán.
Sin embargo, hay otros países y empresas interesados en participar del desarrollo nuclear kazajo. Entre las empresas más importantes, se encuentran la China National Nuclear Corporation, la rusa Rosatom y la coreana Hydro & Nuclear Power Company (KHNP).
Tanto Kazajistán como Uzbekistán se están beneficiando de la inversión china en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, además de que sus presidentes asistirán a una reunión sobre el tema en Pekín en octubre. Por su parte, la Unión Europea está tratando de ganar influencia en los dos países involucrándolos en proyectos de cooperación e inversión en el marco de su iniciativa «Global Gateway«.
Mientras tanto, Rusia ha expresado su preocupación por la creciente actividad diplomática de Occidente en las naciones de Asia Central. El ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, dijo la semana pasada que Occidente está tratando de alejar a los «vecinos, amigos y aliados» de Rusia.
Kazajistán y Uzbekistán se han negado a reconocer la anexión de territorios ucranianos por parte de Rusia y se han comprometido a acatar las sanciones occidentales contra Moscú. A su vez, han calificado tanto a Rusia como a naciones occidentales, incluida Francia, como sus socios estratégicos.