Como se ha analizado anteriormente en Radar Internacional, Europa necesita una industria militar moderna y eficiente, cosa que no sucede debido a que no hay convergencia entre las demandas estatales y el sector privado encargado de desarrollar la industria.
Contrario a lo que sucede en Estados Unidos, donde el marco legal ayuda a la relación pública-privada en cuanto al desarrollo militar, los europeos no cuentan con mecanismos similares y las leyes del mercado se imponen en la industria militar.
Por ejemplo, en EE.UU. existe la ley de Producción para la Defensa y el programa de Ventas Militares, que resultan en una mayor cooperación entre el Estado y las compañías privadas que se encargan de fabricar armamento y infraestructura. La consecuencia de esto para los europeos son los sobreprecios y falta de stock.
Desde la invasión de Rusia a Ucrania, los Estados europeos han estado incrementando su gasto en defensa y seguridad. El problema está en que, al tener una industria poco desarrollada, esto no es suficiente y los mismos estados empiezan a sentirse amenazados.
Los distintos gobiernos se han dado cuenta que no estaban preparados para semejante problema: incrementar el gasto en defensa sin una buena base industrial no lleva a buen puerto, ya que, como se dice anteriormente, terminan pagando sobreprecios y no alcanzan el stock demandado. Es por eso que oficiales de alto rango dentro de la Unión Europea han empezado a preguntarse como resolver esta urgencia.
“En el contexto geopolítico actual, Europa debe asumir una mayor responsabilidad por su propia seguridad, independientemente del resultado de las elecciones de nuestros aliados cada cuatro años. Necesitamos cambiar el paradigma y pasar al modo de economía de guerra. Esto también significa que la industria de defensa europea debe asumir más riesgos, con nuestro apoyo”, declaró Thierry Bretton, comisionado europeo de industria y ex CEO de una empresa de tecnología.
Según Reuters, Bretton busca que la burocracia europea participe activamente en la política industrial de defensa y qué, en tiempos de crisis, la UE pueda obligar a los fabricantes que prioricen los pedidos de sus estados miembro.
Esto debería ser aprobado por el Parlamento Europeo y por los 27 estados miembro, que ya de por sí suelen mostrarse muy reacios a ceder capacidades militares, siendo esto algo de las cosas por la cual la política de defensa europea es tan difusa y poco desarrollada. Desde la OTAN ven con buenos ojos ayudar y cooperar con la UE, siempre y cuando esto no se superponga con los objetivos de la alianza.
Las preguntas que surgen entonces están relacionadas al aspecto económico y financiero de la propuesta. Lo que propone Bretton es una versión del programa de Ventas Militares que tienen en EE.UU., con un paquete de 1.500 millones de dólares para la compra de armamento. Un número irrisorio en el mercado armamentístico.
Según él, se generaría un marco legal para el gasto coordinado y mayor cooperación militar entre los miembros. Adicionalmente, propone un fondo de 100 mil millones de euros para el desarrollo de proyectos de defensa.
Por último, cabe mencionar que desde la Comisión Europea quieren que Kiev participe de los nuevos planes y se beneficie del desarrollo industrial militar y pueda así mejorar su capacidad defensiva. “Nuestra misión aquí es tratar a Ucrania casi como equivalente a un Estado miembro”.