Estados Unidos evita el default días antes de la fecha límite una vez más, pues los roces entre los demócratas y los republicanos no hicieron el camino fácil. Finalmente, el domingo pasado, Kevin McCarthy, presidente de la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense, junto al presidente Joe Biden lograron acordar un texto común para ser enviado al Congreso. Esto significó un alivio para la economía norteamericana y todos aquellos que estaban a la espera de una resolución.
Durante la jornada del miércoles, la Cámara de Representantes dio el primer paso al aprobar la ley para suspender el límite de deuda de la nación hasta el 1 de enero del 2025. La presión puesta en el Congreso dejaba poco margen para el error. En esta etapa, hubo 314 votos afirmativos (149 republicanos y 165 demócratas) y 117 negativos (71 republicanos y 46 demócratas).
Posteriormente, el Senado continuó con la aprobación de la ley el jueves. En este caso, se lograron 63 votos afirmativos contra 36 votos negativos. El líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, al cerrar las votaciones, comunicó su alegría y expresó que “el default era una espada gigante colgando sobre la cabeza de América”.
Biden felicitó al Congreso por sus esfuerzos al evitar una crisis catastrófica para las economías del mundo. Además, señaló que “nadie obtuvo todo lo que quería, pero el pueblo estadounidense obtuvo lo que necesitaba”. Así las cosas, destacó lo ardua que resultó la negociación para que ambos partidos llegaran a un consenso, reconociendo las dificultades que puede presentar el bipartidisimo.
A su vez, el presidente enumeró algunos de sus logros en la ley: “Estamos recortando el gasto y disminuyendo los déficits al mismo tiempo. Estamos protegiendo prioridades importantes, desde el Seguro Social hasta el Medicare y el Medicaid, los veteranos, nuestras inversiones transformadoras en infraestructura y energía limpia”.
A continuación, se presentan las medidas implica la incorporación de le ley, además de la suspensión del límite de deuda de la nación de 31,4 billones de dólares:
- Limita el gasto no destinado a defensa
- Amplía los requisitos laborales
- Recupera fondos de ayuda del Covid-19
- Reducción del financiamiento para el “Inflation Reduction Act”
- Reanudar el pago de los préstamos estudiantiles
- Impulsa la construcción de un nuevo gasoducto
Con respecto al gasto no destinado a defensa, uno de los puntos de mayor discusión fue el nivel de gasto público en diferentes programas. Desde un principio, McCarthy impulsó recortes en el gasto federal, aunque aumentando el financiamiento en defensa. Finalmente, la Casa Blanca terminó acordando reducir los gastos en algunos de los programas domésticos, una reducción de 1.000 millones de dólares para el año fiscal 2024 con respecto al 2023, mientras que aumenta solo en un 1% para el 2025.
El gasto discrecional no relacionado a la defensa para el año fiscal 2024 va a tener un límite de alrededor de 704.000 millones, de los cuales 121.000 millones se va a destinar a la asistencia médica de veteranos y 583.000 millones a otras áreas. De este modo, se protegerán los fondos para la salud de los veteranos, además de aumentar el dinero destinado a la Ley PACT a 15.000 millones. Mientras tanto, se destinarán 886.000 millones de dólares al gasto en defensa.
En lo referido a los requisitos laborales, la ley establece la extensión de los requisitos de trabajo para algunos beneficiarios de cupones de alimentos. Actualmente, se establece que los adultos sin hijos y sanos de entre 18 y 49 años sólo pueden recibir los cupones durante tres meses cada tres años, a menos que trabajen mínimo 20 horas a la semana o cumplan otros requisitos.
La nueva ley aumentaría la edad a 55 años. Así, por ejemplo, un hombre de 53 años que recibía cupones alimentarios sin trabajar 20 horas por semana, ahora deberá cumplir con este mínimo de horas laborales. Estos requisitos no se aplicarán en Medicaid.
Sin embargo, también amplía las exenciones para las personas sin hogar, veteranos y otros individuos en el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria. Además, introduce cambios en los requisitos laborales del programa de Asistencia Temporal para Familias Necesitadas.
Con respecto a los fondos de ayuda del Covid-19, la ley rescindirá aproximadamente 28.000 millones de dólares en fondos no comprometidos de los paquetes de ayuda del Covid-19. Sin embargo, mantendrá 5.000 millones de dólares para el desarrollo de las vacunas y tratamientos.
En lo referente al financiamiento de la Inflation Reduction Act, se estableció recortar alrededor de 20.000 millones de los 80.000 millones de dólares aprobados el año pasado para expandir la “Inflation Reduction Act”. Sin embargo, es importante resaltar que esto no está escrito en el texto de la ley, pero ambos bandos del Congreso han acordado cumplirlo.
Estos recortes fueron siempre defendidos por el partido republicano, lo cual demuestra que Biden cedió para poder conservar la mayoría de los gastos en programas domésticos. De este modo, la financiación adicional que se esperaba que dure por diez años, ahora se espera que dure ocho años. Sin embargo, no se anunciaron cambios en las medidas climáticas y energéticas del “Inflation Reduction Act”.
En lo que refiere a los préstamos estudiantiles, se pondrá fin a la pausa que regía a los pagos de la deuda estudiantil desde que comenzó la pandemia del Covid-19. Así, deberán volver a realizar sus pagos al final del verano y se prohíbe a la administración extender la pausa nuevamente. Sin embargo, los republicanos no lograron bloquear el plan de cancelar la deuda estudiantil para ciertos prestatarios calificados.
Por último sobre la construcción de un nuevo gasoducto, el acuerdo incluye acelerar la construcción del importante gasoducto de Virginia Occidental a Virginia, la cual fue fuertemente resistida por activistas ambientales. Este transportaría shale gas de la cuenca de los Apalaches, lo cual ayudaría a sostener la energía doméstica.