El FN FAL (Fusil Automatico Ligero, en español) ya es un viejo amigo de nuestras Fuerzas Armadas. Fabricado en principio por la FN Herstal en Bélgica, adoptado en 1954 por Argentina, provisto desde 1958 y fabricado por Fabricaciones Militares desde 1960, lleva ya nada menos que setenta años de servicio ininterrumpido. Podemos decir que ha servido fielmente, ya que se trata de uno de los fusiles de combate más fiables y duraderos de la historia. Desde la guerra contra la subversión a la Guerra de Malvinas, donde ambos bandos utilizaron el mismo fusil con ligeras modificaciones, ha demostrado su valía y resistencia a los climas más extremos.
En 2010 se impulsó un proyecto para “modernizarlo”, pero no fue hasta 2018 cuando el Ministerio de Defensa entregó los primeros 300 “FAMCa”, Fusil Argentino Modelo Carabina, para probarlos en determinadas unidades. Esta nueva modernización incluía una nueva culata, un cañón de 16 pulgadas (6 pulgadas más corto que el original), seguro ambidiestro, riel picatinny para la adición de accesorios, mira holográfica y un grip vertical con linterna en el guardamanos. Si bien el proyecto parecía dar buenos resultados, pronto se estancó. Solo algunas unidades los han recibido modernizados y no para el total de su personal, como ser el RI Patricios, el Regimiento de Granaderos, o la Compañía de Comandos 602.
Hoy, casi 15 años más tarde del inicio del proceso, seguimos utilizando fusiles de combate que gran parte del mundo ha dejado en el pasado. A pesar de que se trata de un arma que le es provista a las tropas regulares y en Institutos de Formación, rústica, duradera y potente, es también obsoleta. El calibre 7,62, que en gran parte del mundo occidental ha quedado relegado a las armas de apoyo o de tirador destacado, en nuestras fuerzas sigue siendo de empleo principal. En parte es debido a que no se ha optado por cambiar de armamento, aunque también se encuentra justificado en un mayor alcance y potencia para lugares abiertos en un territorio tan extenso como el nuestro. Mientras que países como los EE.UU. reemplazaron el calibre de su arma principal por el 5,56x45mm OTAN, más pequeño y ligero debido a los combates urbanos que empeñaron en el medio Oriente, en este hemisferio no habíamos tenido aún esa hipótesis de conflicto.
Con el envío de un nuevo proyecto de ley para el empeño de las fuerzas armadas en la lucha interna contra el terror nace la pregunta ¿Estamos preparados para estos desafíos? ¿Tenemos armamento adecuado para combate en localidades y a corta distancia?
El Ejército Argentino posee una restringida cantidad de escopetas y fusiles de asalto como el Steyr AUG o los DDM4V5 recibidos hace pocos años, pero esto podría no ser suficiente. El FAL es muy largo, muy pesado y demasiado potente para combatir en los estrechos pasillos de un asentimiento de emergencia, o despejar una pequeña habitación. Sumemos también la imposibilidad que existe de agregar miras, linternas o grips sin caer en adaptaciones caseras. Será hora entonces de modernizar nuestro armamento adaptado a los nuevos tiempos, o quedar relegados a piezas de museo. Veremos qué trae el futuro para nuestras fuerzas frente a un nuevo paradigma de combates modernos.