Además del programa de modernización del MMBT (Medium Main Battle Tank), el TAM 2C-A2, el ejército tiene otro programa estrella orientado a sofocar una falencia que arrastra hace décadas, la adquisición de un vehículo de combate sobre ruedas. Todo esto, en el marco de una ambición mayor: formar la Fuerza de Despliegue Rápido (FDR), pensada como una unidad de combate de reacción rápida en todo el territorio nacional.
En la actualidad, su puño blindado es la 10° Brigada Mecanizada, conformada principalmente por medios cadenas (M113 APC y SK-105A2), que al emplear orugas para movilizarse, dejan una mayor huella logística. De este modo, resulta necesario adquirir un medio de alta movilidad, capaz de cumplir la misma función pero sin el impacto abrupto en la logística.
En respuesta a dicha necesidad surge el programa Vehículo Blindado de Combate a Ruedas (VCBR), iniciativa que se ha ido dilatando a lo largo del tiempo y ha recibido numerosas ofertas de diferentes países:
- BTR-80/82A (Rusia)
- Mowag Piranha IIIC (Suiza)
- Iveco Freccia (Italia)
- Norinco VN1D/D1 (China)
- GDLS Stryker (Estados Unidos)
- Iveco guaraní (Italo-Brasileño)
- GDLS-CAN NZLAV + LAV-III (Canadá)
- TATRA Pandur II (República Checa)
Estas son solo algunas de las ofertas recibidas, de las cuales varias han atravesado la ETO (Evaluación Técnico Operacional) y por cuestiones económicas terminaron siendo descartadas.
Actualmente, dos modelos se perfilan como eventuales opciones para cubrir el hueco de blindados a rueda 8×8 del Ejército Argentino, el Stryker y el Pandur II.
A simple vista no presentan muchas diferencias entre sí, ambos pertenecen a la línea de 8×8 ligeros, es decir, con un peso inferior a las 22 toneladas. Sin embargo, hay importantes factores a tener en cuenta.
Stryker
Este vehículo norteamericano de la firma General Dynamics Land Systems, ofrece una familia ya desarrollada, desde versiones de transporte hasta variantes de combate y reconocimiento Químico Biológico y Nuclear (NBQ).
Asimismo, su historial también cuenta con fracasos como el MGS M1128, variante “cazatanques” de 105mm que ha sido un dolor de cabeza para el Ejército de Estados Unidos, quien lo retiró del servicio en 2022.
Su principal punto a favor sería la financiación vía FMS (Foreign Military Sales), programa del Departamento de Defensa de EEUU para facilitar armamento a otros países, y que constituye una gran herramienta de Washington para insertar sus productos en el mercado. Un ejemplo de esto es el F-16 recientemente adquirido por la Fuerza Aérea Argentina.
En tanto, su punto “débil” reside en que no es un vehículo anfibio, lo cual limita su capacidad operacional y demanda una mayor articulación de medios logísticos, algo que no es problema para el US ARMY pero sí podría serlo para el Ejército Argentino.
Adicionalmente, su variante AFV (Armoured Fighting Vehicle), el M1296 ICV-D “Dragoon”, está equipado con una torre Kongsberg de 30 mm que funciona de manera remota, lo que la vuelve, en términos logísticos, más cara de adquirir y de operar.
Pandur II EVO
Este 8×8 es fabricado por la empresa checa TATRA Defense, luego de que esta adquiriera en 2015 los derechos del modelo, originalmente producido por General Dynamics. Al igual que el Stryker, es un vehículo maduro y con una familia desarrollada, no obstante, presenta algunas ventajas que lo hacen un fuerte rival.
En primer lugar, este modelo si cuenta con una variante “Cazatanques” funcional, ya que se lo puede equipar con la torre John Cockerill 3105 de 105mm. Asimismo, tiene homologada la torre de fabricación israelí UT-30 Mk 1 y Mk 2 (está última es la que se tiene en la mira para el programa de modernización del VCTP).
De esta manera, la incorporación de este modelo permitiría homologar componentes en todos los vehículos de combate del ejército. En consonancia, tanto el VCTP, como el TAM 2C y el Pandur II EVO, compartirían comunidad logística, favoreciendo el sostenimiento y la interoperabilidad.
Además, el cañón Bushmaster II Mk44 que emplea el Pandur, también es utilizado por las OPV de la Armada Argentina, por lo que ya hay experiencia en el mantenimiento de esta arma.
A su vez, y a diferencia del Stryker, el Pandur II si tiene capacidad anfibia y una menor huella logística, lo que también lo vuelve una opción atractiva para la Infantería de Marina.
Por otro lado, no se trata de un vehículo barato, por lo que la financiación sería una desventaja comparado con otras ofertas. No obstante, podría llegarse a un acuerdo entre Argentina, República Checa e Israel para establecer condiciones favorables, nada disparatado teniendo en cuenta el historial israelí de propuestas de financiamiento para sistemas de armas.
Por Kazian