Con posterioridad a las sanciones norteamericanas sobre el negocio de los smartphones de Huawei, la empresa china ha logrado sortear las limitaciones comerciales con su nuevo microchip Kirin 9000S, fabricado íntegramente en China y presente en el recientemente presentado Huawei Mate 60 Pro 5G.
El gigante tecnológico Chino ha logrado producir chips a 7 nm (nanómetros), cuando antes de las sanciones lo hacía a 22 y 14 nanómetros, por lo que las mismas han tenido un efecto contrario al buscado. De esta manera, las sanciones norteamericanas, en lugar de aumentar la brecha tecnológica, la ha disminuído. Parece ser que éstas políticas representaron el empujón que Huawei necesitaba para lograr la independencia de Estados Unidos en la fabricación de chips.
¿Qué significan los nanómetros?
Un nanómetro es la mil millonésima parte de un metro. Para que entendamos lo minúsculos que son, en un milímetro caben un millón de nanómetros. Estas son importantes medidas en los microchips, ya que, como vimos recientemente, no es lo mismo un chip a 7 nm, que uno a 14nm o 22 nm.
Para decirlo de una manera sencilla, se utiliza a los nanómetros para medir la separación entre los transistores en un chip. “Cuanto menor sea la distancia, más rápida y eficientemente se puede intercambiar información en forma de electrones. Entonces, cuanto menor sea el número de nm, más transistores por área y menos consumo de recursos por esfuerzo computacional son posibles. El resultado son componentes compactos y de alto rendimiento”.
De esta manera, un procesador fabricado con un proceso de 7 nanómetros es mejor que uno que cuente con una fabricación de 14 nanómetros, ya que con el primero cuenta con una mejor eficiencia energética y rendimiento. En la actualidad podemos encontrar en el mercado procesadores muy pequeños como los de 5 nm de Qualcomm o el de 2 nm fabricado por IBM y TSMC.
Pérdidas para Qualcomm
La perdedora en esta contienda geopolítica es la gigante tecnológica Qualcomm, aunque este nuevo chipset no sea ni el más potente ni el más eficaz. La innovación de ser fabricado en china pone de manifiesto las intenciones de Huawei de no depender de la empresa norteamericana en el futuro. Esto se traduce en pérdidas de miles de millones, ya que, a pesar de las sanciones comerciales, Huawei seguía siendo uno de los clientes más importantes de Qualcomm. Según información de WCCFTech, Huawei compró entre 23 y 25 millones de unidades en 2022 y entre 40 y 42 millones de unidades en 2023.
Según el experto en tecnología Ming-Chi Kuo, para combatir la disminución de las ventas de chips, Qualcomm iniciaría una guerra de precios a partir del cuarto trimestre de 2023, con el objetivo de mantener una fuerte cuota de mercado en la región, eso sí, a expensas de sus ganancias anuales.
Finalmente, por si fuera poco, el analista señala el flamante Exynos 2400 de Samsung, que se dice que se encontrará en algunos mercados donde se venderá la serie Galaxy S24, y el nuevo módem 5G de Apple, a lanzar en 2025, por lo que Qualcomm podría presenciar, además, una disminución en las ventas de chips de banda base en dos años.
Algunas Reflexiones
Es interesante ver cómo las decisiones en política exterior, en este caso las enfocadas en sanciones económicas y comerciales, generan impactos que repercuten negativamente en las empresas de los Estados Unidos. No es la primera vez que la política de sanciones económicas genera efectos opuestos a los buscados. Tal vez, sea momento de que Estados Unidos revise esta política, y busque otra manera de lograr sus objetivos.
En cualquier caso, el gigante tecnológico de San Diego deberá tomar decisiones importantes en los próximos meses para mitigar los efectos de estos anuncios, o correrá el riesgo de sufrir pérdidas continuas en los trimestres que se avecinan.