La empresa Sure South Atlantic Limited, que tiene el monopolio británico de las telecomunicaciones en Malvinas, ordenó la desactivación de Starlink, dejando sin conexión a cientos de usuarios que buscaban una alternativa ante el servicio deficiente que brinda la compañía. Por su parte, Starlink evitó pronunciarse sobre la soberanía de las islas, limitándose a informar a los clientes que su servicio fue bloqueado por orden de la empresa británica. «Queremos solo un buen servicio de internet. El que hay disponible es terrible. El resto del mundo tiene un buen servicio y aquí, no. Somos muchos, tal vez la mitad de la población, los que estamos hartos», manifestó un isleño. Esta medida fue acompañada con advertencias de multas para aquellos usuarios que sean detectados utilizando los servicios de Starlink.

La decisión provocó malestar entre la población, que desde hace tiempo padece la mala conexión a internet, profundizando su aislamiento del resto del mundo. Pero ante la aparición de Starlink, que ofrece un servicio de internet satelital de alta velocidad aún en zonas remotas, como las Islas Malvinas, los isleños encontraron una opción a cual recurrir para mejorar su conectividad. Sin embargo, la irrupción de una nueva alternativa amenaza el monopolio que Sure South Atlantic Limited ejerce sobre las telecomunicaciones, a partir de un acuerdo con el gobierno (ilegítimo) local, por lo que este último dispuso la prohibición de Starlink en las Malvinas.

A raíz de la medida, la compañía de Elon Musk le envió un mensaje a sus usuarios en las Islas, informándoles que la empresa local de telecomunicaciones había ordenado desactivar el servicio, y les sugirió no continuar pagando hasta que no se aprueben las regulaciones correspondientes para el uso de Starlink.