El jefe del Ejército de Sudáfrica, el Teniente General Lawrence Mbatha, viajó a Moscú para reunirse con altos mandos de las Fuerzas Armadas de la Federación rusa. La Fuerza Nacional de Defensa de Sudáfrica declaró a través de sus redes sociales que esta visita se realizó con un largo planeamiento y que responde a una invitación rusa. Al mismo tiempo, recordó que Sudáfrica suele entablar reuniones bilaterales sobre asuntos militares no solo con países africanos, sino también con otros fuera del continente.
Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso sacó un comunicado a través de Interfax, en el cual enunciaba que “las negociaciones bilaterales tuvieron lugar en la sede principal de la comandancia, donde se debatieron la cooperación e interacción bilateral, dirigidas a implementar proyectos que tienen como fin incrementar las capacidades combativas de las Fuerzas Armadas de ambos países”.
Esta visita se produce tras el aumento de las tensiones entre Washington y Pretoria durante la semana pasada, cuando el embajador estadounidense en Sudáfrica, Reuben Brigety, expresó que desde los Estados Unidos creían que un barco de guerra ruso se había aprovisionado de armamento y municiones en una base naval en Ciudad del Cabo en diciembre del año pasado. Desde el gobierno del país africano rechazaron estas acusaciones.
Tras dicho episodio, el embajador Brigety se reunió con la ministra de Relaciones Internacionales y Cooperación sudafricana, Naledi Pandor. Inmediatamente después de la reunión, Brigety publicó un mensaje en el cual se corregía y disculpaba con el gobierno sudafricano por los alegatos presentados anteriormente, además de “reafirmar la fuerte relación entre ambos países”.
I was grateful for the opportunity to speak with Foreign Minister Pandor this evening and correct any misimpressions left by my public remarks. In our conversation, I re-affirmed the strong partnership between our two countries & the important agenda our Presidents have given us.
— Ambassador Reuben Brigety (@USAmbRSA) May 12, 2023
Washington y sus aliados occidentales consideran a Sudáfrica como uno de los principales aliados de Moscú en el continente, aspecto que se ve favorecido por el incremento de la presencia rusa a lo largo y ancho del continente africano, sobre todo en Malí, Madagascar y Argelia.
Cabe resaltar que, a día de hoy, Rusia es el mayor exportador de armamento militar a los países del África. Además, Pretoria ha mantenido la neutralidad en el conflicto ruso-ucraniano, lo cual ha generado que el país se reúse a condenar la invasión rusa de territorio ucraniano y se abstenga en las votaciones de Naciones Unidas sobre el conflicto.
Sumado a esto, Estados Unidos se muestra preocupado debido a que, en febrero de este año, las Armadas de Sudáfrica, Rusia y China realizaron ejercicios navales conjuntos en aguas sudafricanas. Según el Ministerio de Defensa de China, las maniobras buscan “fomentar la cooperación en el ámbito de la defensa y la seguridad entre los países BRICS y mejorar la capacidad de las partes para velar de forma conjunta por la seguridad marítima”.
Sobre este asunto, Ramaphosa declaró el lunes que Sudáfrica no se sometería a una disputa de poder entre las grandes potencias, a pesar de haber sufrido enormes presiones para elegir entre uno de los dos bandos.
En cuanto al BRICS, el presidente Ramaphosa dio a entender que el presidente Putin visitaría Pretoria en el marco de una cumbre del bloque en agosto del presente año, aunque desde el Kremlin no hubo confirmación al respecto. Esto generaría un dilema interno para Sudáfrica ya que, al haber ratificado el Estatuto de Roma, debería retener a Putin dada la orden de arresto dictada por la Corte Penal Internacional si este pisa suelo sudafricano.