La semana pasada, Irán celebró sus elecciones presidenciales producto de la muerte del ex presidente Ebrahim Raisi, con la menor participación electoral de su historia con 40%.No obstante, debido a que ninguno de los dos principales candidatos superaron el 50% de los votos, se tuvo que acudir a una segunda vuelta electoral en donde se alcanzó un 48% de participación.
El nuevo presidente electo cuenta con apoyo de los reformistas pese a ser moderado, dando la esperanza de un cambio en el régimen teocrático iraní para aquel núcleo joven que busca mayores libertades políticas y civiles, así como una política exterior menos hostil.
Desde la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear iraní y la imposición de fuertes sanciones hacia el país, la economía iraní sufre de una gran recesión, con el desempleo y la inflación aumentando fuertemente en los últimos años.
No obstante, es preciso mencionar que si bien el presidente iraní cuenta con poder de decisión, todas las decisiones determinantes económicas, políticas y militares recaen sobre el líder supremo Khamenei.
Sin embargo, Pezeshkian busca una política exterior irani menos confrontativa con espacios de diálogo. Además, el presidente estará involucrado en la elección del sucesor del líder supremo de ya 85 años.
Adicionalmente, de orígenes azeríes y kurdos, Pezeshkian obtuvo gran apoyo dentro de las numerosas minorías étnicas que residen en Irán como los kurdos, que componen aproximadamente el 17% de la población iraní.
Veterano de la guerra irani-iraqui, cardiólogo y ex ministro de salud, Pezeshkian no tiene intenciones de reformar el sistema teocrático iraní, pero si brindar mayores libertades civiles y policías al deslegitimado régimen.
Luego de emitir su voto en las elecciones pasadas, el presidente electo declaró:
‘’Respetaremos la ley del hiyab, pero no debería haber nunca ningún comportamiento intrusivo o inhumano contra las mujeres’’.
En referencia a la trágica muerte de Mahsa Amini, una joven de 22 años brutalmente asesinada por la política iraní por no utilizar correctamente el hijab. Este evento desembocó en las mayores protestas contra el régimen en años.
Pezeshkian se manifestó a favor de las protestas en su momento declarando en la televisión iraní IRINN «Es culpa nuestra. Queremos implantar la fe religiosa mediante el uso de la fuerza. Esto es científicamente imposible».
Durante estas protestas, el régimen iraní encarcelado a decenas de manifestantes, cuando se le preguntó a Pezeshkian sobre la posibilidad de la liberación de estos respondió:
´´los presos políticos no están en mi rango, si quisiera hacer algo al respecto, no tengo la autoridad’’.
En este contexto, si bien las potestades del presidente iraní son limitadas, en el actual panorama regional de intercambios hostiles entre Israel, Irán y sus aliados, el nuevo presidente electo puede ser la cara de una política exterior iraní menos hostil y confrontativa.
Uno de sus principales aliados electorales fue Javad Zarif, ex ministro de asuntos exteriores iraní. Zarif, reformista y experimentado, fue el impulsor del acuerdo nuclear iraní que logró la reducción de las sanciones internacionales sobre la economía iraní.
No obstante, Pezeshkian declaró que se someterá públicamente a Khamenei en materia de política exterior, por lo que el nombramiento de Zarif no está asegurado.