Según The Washington Post, el líder del grupo rebelde de orientación islámica que encabezó el derrocamiento del régimen de Bashar Al-Assad, habría llegado a un acuerdo con otras facciones rebeldes para unificar a todos los combatientes en un solo ejército nacional sirio, una de las principales promesas del nuevo gobierno.
En un comunicado emitido por Telegram este martes, la agrupación Hay´at Tahrir al-Sham (HTS), hizo público el pacto para la disolución de los diferentes grupos rebeldes y su posterior fusión bajo el mando del Ministerio de Defensa, en un intento por traer orden a un escenario marcado por la proliferación de distintas facciones armadas con intereses no siempre convergentes.
«Siria debe permanecer unida y debe haber un contrato social entre el Estado y todos los grupos para garantizar la justicia social» declaró Ahmed al-Sharaa, líder de HTS, y líder de facto de Siria tras la caída del régimen. También conocido por su nombre de guerra Abu Mohammed al-Jolani, mantuvo numerosas reuniones con otros líderes rebeldes luego del derrocamiento de Assad. La semana pasada sostuvo que todas las facciones estarán sujetas a la ley.
La asimetría y la diversidad de fines que movilizan a los diferentes grupos armados irregulares que tomaron el control de Siria, son el reflejo de un escenario geopolítico atravesado por los intereses de numerosos actores extranjeros (potencias), que utilizan a estos grupos para instrumentalizar sus objetivos. De este modo, el nuevo gobierno sirio tiene el desafío de consolidar un ejército nacional a partir de la unificación de estas facciones, para así asegurarse el monopolio de la fuerza, ante el riesgo de una fragmentación provocada por el accionar contrapuesto de los actores externos.