Tras la fallida ley marcial declarada por el presidente de Corea del sur este martes, y levantada por el Parlamento un par de horas más tarde, la oposición impulsa un impeachment contra el Jefe de Estado. Si bien los rivales de Yoon Suk-Yeol poseen la mayoría de los escaños, necesitan el voto de al menos 8 parlamentarios del oficialismo para aprobar la moción y poder remover al presidente en funciones.

Han Dong-Hoon, líder del Partido del Poder Popular (partido gobernante) había declarado a comienzos de la semana que su agrupación no acompañaría la moción de impeachment en contra del presidente. Sin embargo, el día de hoy sostuvo que hay «evidencia creíble» de que Yoon Suk-Yeol ordenó el arresto de figuras políticas clave por cargos contra el Estado durante el episodio del martes. Aparentemente, el propio Han Dong-Hoon se encontraba entre los potenciales detenidos.

De este modo, el líder del partido oficialista dió claros indicios de que podría votar junto con la oposición para desplazar al mandatario, expresando su preocupación por la posibilidad de que «acciones extremas» como la declaración de ley marcial pudieran repetirse si Yoon continúa en el cargo. Si bien no se refirió de manera explícita a un impeachment y no respondió a la prensa cuando se le pidió que aclare su postura, sostuvo que «la suspensión inmediata del cargo del presidente Yoon Suk Yeol es necesaria para proteger a la República de Corea y a su pueblo a la luz de los hechos recientemente revelados«.

Por su parte, la oficina presidencial negó que se hubiese dado la orden de arrestar a miembros del Parlamento. Mientras tanto, el mandatario parece tener los días contados en el cargo. Si tan solo 8 de sus 108 legisladores acompañan la iniciativa de la oposición, será removido.