Si bien las encuestas preveían una victoria del oficialismo, el resultado resultó sorpresivo, pues Kyriakos Mitsotakis, líder del partido conservador Nueva Democracia, duplicó los votos de su rival, el ex primer ministro Alexis Tsipras, del partido izquierdista SYRIZA, que obtuvo solo el 20%. El tercer partido más votado en las elecciones del domingo fue PASOK, tradicional partido de centroizquierda liderado por Nikos Androulakis, quien obtuvo el 11,45% de los votos.
En estas elecciones, que tuvieron una participación del 60,9% de la población, el cuarto lugar lo obtuvo el Partido Comunista Griego con el 5,3% y el quinto el ultranacionalista Solución Griega con 3,7%. Adicionalmente, hubo más de 20 partidos que no alcanzaron el 3% necesario para obtener bancas.
A pesar de que Mitsotakis obtuvo más votos que cuando accedió por primera vez al gobierno en 2019, una vez conocidos los resultados oficiales, su partido perdió 12 bancas de representación en el Parlamento. Cabe aclarar que se utilizó un sistema electoral diferente al que Grecia acostumbraba a utilizar desde 1974. El sistema de proporcionalidad reforzada estipulaba un “bono de mayoría” o “prima de gobernabilidad”, por la cuál el partido más votado obtenía 50 de los 300 escaños en juego para asegurar así un gobierno fuerte.
La derecha ha gobernado Grecia en los últimos cuatro años, aprobando reformas pro-mercado, combatiendo con mayor dureza la inmigración ilegal y sacando al país de la Crisis del 2008. El año pasado, Grecia fue el país que más crecimiento registró de Europa, con una suba de su PBI a “tasas chinas” del 6,2%.
En 2016, durante el gobierno del actual líder de la oposición, Tsipras, se reformó el sistema hacia una proporcionalidad simple con el objetivo de dificultar la mayoría absoluta y fomentar la formación de coaliciones para poder acceder al gobierno. Sin embargo, en 2019 siguió vigente el bono de mayoría ya que, según la legislación griega, si las reformas electorales son aprobadas por mayoría, pero no alcanzan los 2/3 de los votos afirmativos, se debe dejar pasar una elección con el modelo anterior. Es por eso por lo que en estas elecciones se utilizó por primera vez el sistema de 2016, de proporcionalidad simple.
Sin embargo, en 2019, durante su primer gobierno, Mitsotakis volvió a reformar el sistema electoral hacia una proporcionalidad reforzada, pero, como tampoco obtuvo una mayoría de 2/3 de los votos, no pudo aplicarlo a las elecciones siguientes, es decir, las del domingo pasado. Consecuentemente, en las que si se aplicará el bono de mayoría serán en las previstas para junio, que deberán realizarse en caso de que no se forme gobierno.
Luego de los resultados del 21 de mayo, la presidenta griega, Katerina Sakellaropuou, quien ejerce el cargo de Jefa de Estado y cuyas funciones son más ceremoniales que ejecutivas, encargará al partido más votado que forme gobierno. Si no se logra dicho cometido en un plazo de 72 horas, la responsabilidad pasará al segundo partido con más votos, que contará con el mismo plazo; proceso que se repetirá con la tercera fuerza si el segundo partido más votado también fracasa. Después de tres intentos fallidos, la presidenta nombrará un gobierno interino y se convocará a los griegos a votar de nuevo en un plazo de 40 días.
“El pueblo ha elegido la opción de una Grecia dirigida por un Gobierno mayoritario y por Nueva Democracia sin la ayuda de otros” declaró Mitsotakis tras conocerse los resultados. “Los ciudadanos quieren un Ejecutivo estable para que consigamos rápido el camino que nos acerca a Europa. Necesitamos un Gobierno sólido y eso, de momento, no se puede conseguir con estos números” agregó posteriormente el líder del partido que ganó en el 97% de los municipios.
La campaña de Nueva Democracia se centró en recortes de impuestos, promesas de inversión y en los éxitos de su gestión durante la pandemia y la crisis energética, derivada de la guerra Ucrania. Además, el líder del partido hizo énfasis en la gestión económica en general, pues, en 2022, Grecia creció en un 5,9% y tuvo una tasa de desempleo del 10,9%, la más baja en décadas.
Otro gran logro, comunicado de forma central en la campaña, fue el pago anticipado de 2.700 millones de euros de préstamos adeudados a países de la eurozona en el marco del primer rescate que recibió luego de declarar la bancarrota en 2008.
Además, durante su primer gobierno, Mitsotakis realizó una reforma laboral, privatizó una gran cantidad de firmas, implementó un régimen más estricto para la entrada y tránsito de refugiados, y aumentó el gasto en defensa. No obstante, fue criticado por otorgar carteras ministeriales a algunos políticos ultranacionalistas allegados al hoy ilegal partido Amanecer Dorado, de vertientes neonazis, que en 2015 llegó a ser la tercera fuerza del Parlamento helénico.
La campaña de la oposición, por su parte, se concentró en el escándalo de las escuchas telefónicas de 2022 en el que se descubrió el espionaje estatal a diferentes políticos, entre ellos Androulakis, el candidato del PASOK que obtuvo el tercer puesto en las últimas elecciones. El SYRIZA también culpó durante la campaña a Nueva Democracia por las medidas de seguridad inadecuadas que resultaron en el accidente ferroviario de Tesalia, en febrero de este año, donde murieron 57 personas. Por último, criticaron la crisis de vivienda, el aumento del coste de vida y la deuda externa, que alcanza aún el 171% del PBI.
Durante el gobierno de Tsipras, quien fue primer ministro entre 2015 y 2019, el líder de izquierda realizó aumentos globales de impuestos, aprobó las leyes de unión civil y adopción homosexual y permitió el cambio de sexo en el documento de identidad. Además, facilitó el acuerdo con Macedonia del Norte, país con el que Grecia se encontraba en una larga disputa por el uso del nombre Macedonia. En 2015, también decretó un corralito y, tras oponerse a negociar con los organismos financieros de la Unión europea, dimitió y llamó a elecciones, que volvió a ganar.
Tras conocer los resultados del pasado domingo, Tsipras declaró que “Las luchas tienen victorias y derrotas. Nuestros órganos colectivos se reunirán inmediatamente para evaluar los resultados de las elecciones. Sin embargo, el ciclo electoral aún no ha terminado, porque probablemente habrá una segunda convocatoria electoral. No tenemos tiempo que perder”. Finalmente, añadió que “debemos hacer de inmediato todos los cambios necesarios para llegar en las mejores condiciones posibles a la próxima batalla electoral, que es crucial y final“.