El partido del ex mandatario, la Liga Musulmana de Pakistán, obtuvo 69 de 265 escaños, aunque se necesitan al menos 133 escaños para lograr una mayoría simple. Además, el Partido del Pueblo Pakistaní, liderado por Bilawal Bhutto Zardari, hijo de la asesinada Benazir Bhutto, obtuvo 51 escaños. Aun así, los independientes, respaldados por el ex primer ministro Imran Khan, que se encuentra encarcelado, han obtenido 98 asientos en la legislatura. El resto fue ganado por pequeños partidos y otros independientes.
Lo curioso del resultado electoral fue que tanto Nawaz Sharif como Imran Khan se proclamaron ganadores y deslegitimaron la victoria de su rival. Por un lado, Sharif declaró que “La Liga Musulmana de Pakistán es hoy el partido más grande del país después de las elecciones y es nuestro deber sacar a este país del torbellino. Quienquiera que tenga el mandato, ya sean independientes o partidos, respetamos el mandato que tiene. Los invitamos a sentarse con nosotros y ayudar a esta nación herida a recuperarse”.
Mientras tanto, el partido de Imran Khan, Movimiento por la Justicia, publicó un video en la plataforma ‘X’, generado por inteligencia artificial, donde rechazaba la victoria de Sharif y felicitaba a los militantes de su partido por la victoria. Además, los llamaba a cuidar sus votos. “Confié en que todos ustedes saldrían a votar, y ustedes honraron esa confianza y su participación masiva ha sorprendido a todos”.
Militantes de Movimiento por la Justicia, partido de Imran Khan
Estas elecciones llegan en un momento crítico de Pakistán: busca recuperarse de una crisis económica importante, además de que el país se ve atravesado por altos niveles de violencia política, con manifestantes enfrentados entre sí, enfrentados con las fuerzas armadas, etc. Además, Imran Khan, que fue primer ministro desde 2018 hasta 2022, ha sido encarcelado por corrupción.
El desafío ahora es formar gobierno: la Liga Musulmana obtuvo 69 asientos en la legislatura, y necesita 133 para una mayoría simple, mientras que los independientes no pueden formar gobierno, debido a las estrictas normas electorales del país. Las acciones en la bolsa de valores de Karachi y los bonos soberanos de Pakistán han caído debido a la incertidumbre generada por las elecciones.
El otro actor fundamental en la política de Pakistán son las fuerzas armadas. El país ha sufrido de varias interrupciones constitucionales lideradas por el ejército, y por ende a gobernado directa o indirectamente en muchos momentos de los 76 años de la historia independiente del país. Tanto Imran Khan como Nawaz Sharif han tenido rispideces con las fuerzas armadas en sus periodos como primeros ministros. Y con la inestabilidad que puede llegar a presentar un nuevo gobierno, no se descarta un potencial golpe de estado en el país nuclear.