En lo que muchos analistas señalan como la antesala de las presidenciales de 2026, Lula y Bolsonaro midieron fuerzas a lo largo de más de 5000 ciudades de Brasil. En términos generales, las fuerzas de derecha y centroderecha tuvieron el mejor desempeño. Asimismo, el Partido Liberal de Bolsonaro obtuvo mejores resultados que el Partido de los Trabajadores de Lula.
San Pablo: resultado ajustado y segunda vuelta
El foco político de la jornada estuvo en San Pablo, donde la diferencia entre el primer y el segundo candidato más votado fue mínima, por lo que habrá segunda vuelta. El actual alcalde, Ricardo Nunes (Movimiento Democrático Brasileño), quien cuenta con el apoyo de Bolsonaro, sacó un 29,48% frente al izquierdista Guilherme Boulos, que obtuvo el 29,07%. En aquellas ciudades con 200.000 habitantes o más, para ganar en primera vuelta es necesario obtener el 50%.
De esta forma, menos de un punto de diferencia separó al alcalde paulista del diputado apoyado por el Partido de los Trabajadores (que no presentó candidato propio), resultado que recién se definió con el escrutinio al 99,5%. Pero antes de esto, se asomaba un empate entre tres candidatos, con el inesperado desempeño del novato Pablo Marcal, influencer digital anti-establishment categorizado como de extrema derecha (y comparado con Javier Milei). Este último, se hizo con el 28% de los votos de la capital económica del país, generando una fisura en la derecha, que sumando fuerzas habría superado a la izquierda.
En cuanto a los dos dirigentes que pasaron a segunda vuelta, si bien cada uno cuenta con el respaldo de Lula o Bolsonaro, ni el Partido de los Trabajadores, ni el Partido Liberal tuvieron candidato propio en el distrito paulista. Antes de las elecciones muchos analistas sostuvieron que la ocasión serviría para que los dos expresidentes rivales midieran fuerzas de cara a las presidenciales de 2026, y así tener un pantallazo de las próximas elecciones nacionales a partir de los resultados municipales. Sin embargo, en ciudades como San Pablo, los comicios mostraron un escenario donde la dicotomía Lula-Bolsonaro no tuvo gran impacto. En esta línea, Fortaleza y Cuiabá, en los Estados de Ceará y Matto Grosso, son las únicas capitales en las que habrá segunda vuelta entre el Partido de los Trabajadores y el Partido Liberal.
Los resultados evidenciaron que los asuntos locales tuvieron mayor peso que la disputa a nivel nacional, a pesar de los intentos de los expresidentes de nacionalizar las elecciones municipales.
Río de Janeiro, otra historia…
Muy distinto fue el caso de Río de Janeiro, donde el alcalde Eduardo Paes, aliado de Lula, logró una contundente victoria y se aseguró un cuarto mandato (no consecutivo). Con un 60,47% de los votos, el candidato centrista se impuso a Alexandre Ramagem (30,81%), del Partido Liberal, quien lideró la Agencia de Inteligencia de Brasil durante el gobierno de Bolsonaro. Este resultado fue un duro revés para el expresidente, cuya trayectoria política inició en Río.
En el resultado general de las elecciones, el Partido Social Democrático fue el que obtuvo más victorias, asegurandose 877 alcaldías, seguido por el Movimiento Democrático Brasileño, con 848. En cuando a los partidos de Lula y Bolsonaro, el Partido Liberal logró hacerse con 520 prefeituras, frente a las 247 obtenidas por el Partido de los Trabajadores.
Los partidos de centro, centroderecha y derecha, colocan a sus alcaldes en los principales distritos de Brasil, consolidando un fuerte poder de movilización de votos, mientras que figuras como Pablo Marcal fracturan a la derecha y dificultan los planes de Bolsonaro. Con este panorama, comienza a configurarse el escenario en el que tendrán lugar las elecciones presidenciales de 2026.