Radar Austral

En la cuerda floja 

Estados Unidos considera restringir aún más las ventas a China de chips utilizados para el desarrollo de Inteligencia Artificial.

Publicado el 2 de julio de 2023 por Ryan Leif Hillblad
En la cuerda floja 

La administración del presidente Joe Biden está considerando nuevas restricciones al acceso de tecnologías avanzadas por parte de China, incluyendo chips utilizados en Inteligencia Artificial. Según fuentes consultadas por el periódico The New York Times, el gobierno estadounidense quiere expandir las restricciones ya anunciadas en octubre de 2022. 

De implementarse, las medidas afectarían las exportaciones de las empresas NvidiaAdvanced Micro Devices e Intel, los principales actores estadounidenses en la escena de chips de última generación. Según el gobierno, el desarrollo chino de Inteligencia Artificial (IA) y su implementación en sistemas de armas, guerra cibernética y sistemas de monitoreo social, representan un riesgo para la seguridad nacional de los Estados Unidos.

Las sanciones y controles sobre China, sin embargo, deben mantener un delicado equilibrio. El mercado chino representa una gran parte de los ingresos de las principales empresas que están llevando adelante los desarrollos más importantes en inteligencia artificial dentro de Estados Unidos. Concretamente, el mercado chino representa entre el 20% y el 25% de las ventas de Nvidia. En este sentido, su CEO afirmó recientemente que nuevas restricciones “dará como resultado una pérdida permanente de oportunidades para que la industria estadounidense compita y lidere en uno de los mercados más grandes del mundo”.

Frente a los rumores que circularon, las acciones de las principales productoras de chips cerraron la semana a la baja en Wall Street. Cabe recordar que Nvidia se convirtió en una de las pocas empresas en el mundo en estar valuada en 1 billón de dólares, en gran parte gracias a su importancia crucial en el desarrollo de IA. Chat GPT, por ejemplo, fue desarrollado utilizando 10.000 chips producidos por la empresa. 

La situación actual se recorta sobre un contexto en el cual China y Estados Unidos han estado tratando de reencauzar sus relaciones. Recientemente, el secretario de Estado, Anthony Blinken, emprendió un varias veces demorado viaje a China, en el cual afirmó que las conversaciones con altos funcionarios del gobierno, incluyendo el presidente Xi Xinping, fueron «cándidas, sustantivas y constructivas»Sin embargo, no han logrado volver a establecer contactos directos entre sus Fuerzas Armadas, lo cual eleva el riesgo de errores y accidentes.

A pesar de que la visita del principal diplomático de los Estados Unidos marca el punto más alto de la tensa relación en meses, Blinken advirtió que no va a haber un cambio sustancial en cuanto a áreas vinculadas a la Seguridad Nacional. E este sentido, el secretario de Estado afirmó que queremos ver una China que realmente tenga éxito económico, es de nuestro interés. Pero igualmente, y nuevamente compartí esto con nuestros homólogos, ¿cómo es de nuestro interés permitirles obtener tecnología que puedan cambiar y usar contra nosotros?”.

Las líneas son claras. Si bien Washington quiere recomponer la relación generando una competencia estable, el país va a intentar todo lo posible para limitar el ascenso chino a determinados insumos estratégicos, sobre todo en áreas sensibles de desarrollo tecnológico.

En el enfrentamiento de las grandes potencias, el desarrollo de la IA y sus aplicaciones tanto comerciales como militares son centrales. China lanzó hace pocas semanas un plan para convertirse en el lider de ésta tecnología en 2030, reconociendo que esta innovación será crucial en el futuro. El desarrollo y la utilización de sistemas de armas autónomos, combinado con tecnologías como drones, puede llegar a ser decisivo en los campo de batalla futuro, según especialistas.

Hoy en día las empresas estadounidenses productoras de chips para IA son centrales a nivel internacional, y China depende de sus importaciones. Por lo tanto, Estados Unidos está tratando de utilizar la ventaja relativa que todavía posee para ralentizar el desarrollo de Beijing, toda vez que trata de equilibrar los costos que estas medidas tienen sobre las empresas tecnológicas locales.

Compartí tu opinión