Desde que Estados Unidos adoptó medidas para promover las inversiones extranjeras en el país, se disparó una competencia interna entre los estados. Uno de los bienes en disputa se trata de la elaboración de baterías, un sector de gran importancia para el mercado internacional actual. Corea del Sur se encuentra entre los mayores fabricantes de este producto.
Por ello, diferentes estados buscan aumentar los incentivos que atraigan a la producción de baterías coreanas hacia su región. A los recortes de impuestos ya otorgados por el “Inflation Reduction Act” se le suman medidas locales.
Recientemente, el medio “The Korea Herald” publicó una entrevista al secretario de comercio de Indiana, Brad Chambers. En ella, el secretario estableció que efectivamente los estados norteamericanos están compitiendo para atraer estos bienes coreanos, ofreciendo lo que cada estado es capaz de otorgar. Indiana ya se sumó a esta competencia y realizó medidas para ser quien reciba los beneficios.
El año pasado Indiana anunció una joint venture entre las empresas Samsung SDI y Stellantis. El acuerdo significa la creación de una planta de baterías de 2.5 mil millones de dólares. Con esto se espera la generación de 1.400 nuevos puestos de trabajo en el estado.
Para complementar esta medida, Indiana le ofreció hasta 3 millones de dólares en incentivos a la compañía coreana de materiales de baterías Jaewon Industrial. Esta empresa se ubicó en gran proximidad a Samsung SDI en Indiana, al ser su proveedor clave. Al respecto, Chambers comunicó que estaba entusiasmado de tener a la compañía en Indiana luego de haber sostenido conversaciones durante su última visita a Seúl.
Además, el secretario expresó su interés en que Indiana sea el estado que reciba una joint venture de 3 mil millones de dólares entre Samsung SDI y General Motors. Sin embargo, las empresas todavía no decidieron el estado en el que establecerse. Para promover aún más su región, Indiana planea establecer una oficina de enlace en Seúl.
Sin embargo, Indiana se encuentra con grandes desafíos para superar a los otros estados. Otros como Michigan, Ohio, Kentucky y Tennessee realizaron importantes acuerdos con Corea del Sur. Por ejemplo, una joint venture entre General Motors y LG Energy recibió un préstamo de 2.5 mil millones de dólares para construir plantas de baterías en estos estados.
Por su parte, los fabricantes de baterías coreanas están invirtiendo en Estados Unidos para asegurarse un lugar en el creciente mercado de vehículos eléctricos. De este modo, Corea del Sur está generando una dominación sobre las cadenas de suministros de baterías para los vehículos eléctricos.
Corea no se encuentra sola en este objetivo. Las empresas chinas lideran la producción global de baterías, especialmente la compañía CATL. Este liderazgo chino es el que Estados Unidos quiere evitar, situación similar a la de producción de semiconductores.
Las inversiones coreanas están directamente relacionadas con la intención norteamericana de reducir el riesgo que trae aparejada la dependencia con China, tal como estableció la representante comercial de Estados Unidos Katherine Tai. Por lo tanto, Estados Unidos se ve beneficiado no solo económicamente, sino que también estratégicamente en su competencia con China.
Esta es una de las razones por la cual Estados Unidos crea medidas que impulsen las inversiones. El IRA otorga créditos fiscales a las principales empresas surcoreanas. 17 de los 22 modelos de vehículos eléctricos calificados para los créditos recibirán suministros de las empresas coreanas LG Energy Solution, SK On y Samsung SDI. De este modo, ofrece miles de millones de dólares en subsidios para baterías que no dependan de componentes chinos.
A pesar de estos objetivos, recientemente China logró un importante acuerdo con Estados Unidos. La empresa CATL acordó con Ford para la creación de una fábrica de baterías de 3.5 mil millones de dólares en Michigan. Mediante Ford, China forzó su camino de regreso al mercado norteamericano, como estableció el analista Tim Bush.