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Estados Unidos está de vuelta, ¿pero por cuánto tiempo? 

Cuando el presidente demócrata Joe Biden asumió su mandato en 2021 se encargó de proclamar que Estados Unidos estaba de vuelta. ¿Qué quería decir esto? Frente a una administración Trump que estuvo marcada por una política de “America First”, lo que implicó un repliegue de posiciones de liderazgo en el escenario internacional, la administración Biden prometía volver a una […]

Publicado el 16 de mayo de 2023 por Ryan Leif Hillblad
Estados Unidos está de vuelta, ¿pero por cuánto tiempo? 

Cuando el presidente demócrata Joe Biden asumió su mandato en 2021 se encargó de proclamar que Estados Unidos estaba de vuelta. ¿Qué quería decir esto? Frente a una administración Trump que estuvo marcada por una política de “America First”, lo que implicó un repliegue de posiciones de liderazgo en el escenario internacionalla administración Biden prometía volver a una política exterior más tradicional para el país.

Ya en 2023 y comenzada la carrera para las elecciones presidenciales de 2024, muchos aliados de Estados Unidos se preguntan hasta qué punto el liderazgo restaurado de la nación norteamericana perdurará en el tiempo

Durante la presidencia de Donald Trump, muchos aliados históricos de Estados Unidos se enfrentaron a una política internacional dominada por la lógica de preeminencia de los intereses particulares norteamericanos en desmedro de alianzas tradicionales. Entre los ejemplos que se pueden mencionar, cabe resaltar el hecho de que Trump les exigió a sus aliados de la OTAN llegar a un gasto en Defensa equivalente al 4% del PBI, llegando incluso a plantear la posibilidad de abandonar la alianza si no se alcanzaba dicho objetivo. Sumado a esto, Estados Unidos abandonó el Acuerdo de París, dejando de lado el liderazgo global en la lucha contra el cambio climático. Por último, el presidente movió la embajada de los Estados Unidos en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, un cambio que contribuyó a exacerbar las tensiones entre israelíes y palestinos. 

La política de “America First” llevó a dejar de lado a los aliados kurdos de los Estados Unidos en Siria, quienes habían peleado junto a los norteamericanos durante años en la lucha contra el Estado Islámico. En 2019, Trump decidió abandonar las posiciones en el terreno, dejando a sus antiguos aliados kurdos hacer frente al avance de las fuerzas armadas turcas por su cuenta, un cambio de política que fue criticado, incluso, por sus más fieles defensores dentro del partido republicano, como el Senador Lindsey Graham.

Contrariamente, cabe recordar que Trump propició la firma de Acuerdos de Abraham entre países árabes e Israel para establecer plenas relaciones, llevando a la normalización diplomática en una región muy convulsionada en aquel entonces. 

Con la llegada de Joe Biden a la presidencia y a pesar de cometer errores en su política exterior, ha vuelto a traer una sensación en los aliados de los Estados Unidos de que el liderazgo histórico de este está volviendo a la escena internacional.

El país volvió a ser un gran promotor de la lucha contra el cambio climático, arrebatándole la iniciativa que China estaba ganando en esta área. Por otro lado, el presidente reafirmó su intención de permanecer dentro de la OTAN y su respaldo a países aliados en Asia, fundamentalmente Corea del Sur y Japón. Cabe mencionar, igualmente, el gran fracaso logístico que supuso la retirada de Afganistán en 2021.

Como hemos mencionado en otras oportunidades, ha habido una gran línea de continuidad entre ambas administraciones en cuanto a la oposición al ascenso de la República Popular China. El gobierno de Biden ha ido más allá impulsando la formación del AUKUS (Australia, United Kingdom and United States), con vistas a dotar a Australia con submarinos nucleares y avanzar en la interoperabilidad entre las tres naciones. La política de la actual administración ha privilegiado una tradición histórica de construir coaliciones y liderar en base a las alianzas de larga data que el país tiene con el mundo.

La invasión de Rusia a Ucrania en 2022 significó una gran prueba para la determinación de Estados Unidos. Desde el comienzo de la invasión, la OTAN ha suministrado más de 150 mil millones de dólares a UcraniaLa unidad de la alianza parece hoy más fuerte que nunca, y se está avanzando en mayores gastos de Defensa en toda Europa, modernizando las capacidades militares de los países miembro y mejorando las capacidades de interoperabilidad.

Durante los meses de enfrentamiento, los países europeos han recordado su dependencia en materia de defensa para con Estados Unidos. Tanto es así que la mitad de los fondos destinados a la guerra y al sustento del resto de Ucrania han provenido de Washington (unos 75 mil millones). El liderazgo en la OTAN de Joe Biden ha consolidado la institución y, fundamentalmente, ha mostrado el nivel de apoyo que el país está dispuesto a brindar cuando un aliado es atacado. 

Sin embargo, estas certidumbres están siendo puestas en cuestión. Comenzada la carrera para las elecciones presidenciales de 2024, los aliados de Estados Unidos están mirando un posible retorno al pasado. La aprobación del presidente está cerca de sus niveles más bajos desde que asumió con un 40% de imagen positiva. Frente a esto el candidato Trump, quien está primero en las encuestas dentro del partido republicano, recientemente se negó a decir si quería que Ucrania ganara la guerra y evitó calificar a Vladimir Putin como un criminal de guerra.

Estas declaraciones ponen en alerta a países no solo europeos que se cuestionan qué nivel de garantía de seguridad una nueva administración Trump les proporcionará si no también en el Pacifico. Frente a una política centrada solo en los Estados Unidos, la situación de Taiwán se presenta muy tensa. Justificadamente, no solo Taipei si otros aliados regionales como Japón y Corea del Sur se están preguntando qué haría un Washington republicano frente a una avanzada militar de China en la isla. 

Desde hace 2 años y medio los Estados Unidos han vuelto a una política exterior más similar a su historia de apoyar a aliados y liderar coaliciones internacionales. A pesar de esto, la noción reconfortante de un retorno a algunas cuotas de normalidad que se sentía en capitales como Londres, Berlín, Seúl o Taipei, está disipándose rápidamente. La posible vuelta a la presidencia de Donald Trump y el partido republicano agrega aún más incertidumbre a un mundo jaqueado por las crisis y la guerra, y los aliados se preguntan que les depararía con un cambio de gobierno en Estados Unidos.

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