La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Jenet Yellen, advirtió que el país podría incumplir el pago de su deuda el 1 de junio si no se toman acciones al respecto. En una carta al presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, la secretaria estableció la incapacidad de seguir cumpliendo con todas las obligaciones del gobierno si el Congreso no eleva o suspende el límite de deuda. Elevar el límite a la deuda significaría aumentar la cantidad máxima de dinero que el gobierno puede obtener en préstamos.
Todo esto se debe a que Estados Unidos adquiere grandes préstamos al vender bonos del Tesoro a inversionistas de todo el mundo para así poder financiar sus obligaciones. La necesidad de obtener estos créditos se encuentra en su gran déficit presupuestario.
Esto significa que dentro de poco tiempo se alcanzaría la temida “Fecha X”. La proximidad de dicha fecha presenta un desafío para Joe Biden y los legisladores republicanos. Sus desacuerdos deberán ser resueltos en las próximas semanas si se quiere evitar el default de deuda. Como esperar a último momento puede causar importantes daños al país, el presidente llamó a los cuatro líderes del Congreso a una reunión el 9 de mayo.
Según el comunicado de Yellen, no tomar acción causaría graves dificultades a las familias estadounidenses, dañaría la posición de liderazgo mundial de Estados Unidos y generaría dudas sobre su capacidad para defender los intereses de seguridad nacional. La problemática podría llegar al nivel de generar una crisis financiera en la economía global.
Esta amenaza se puede advertir desde enero de este año, cuando el país alcanzó su tope de capacidad de endeudamiento de 31,4 billones de dólares. Desde ese entonces, el manejo de la cuestión supuso la toma de medidas extraordinarias.
El tiempo para buscar una salida se está agotando más rápido de lo previsto. La Oficina de Presupuesto del Congreso comunicó que los ingresos provenientes de la recaudación de impuestos en abril fueron menores que los esperados. Por razones como ésta es que la Casa Blanca no esperaba que la fecha de un posible default llegara tan pronto.
Lograr un acuerdo con respecto a la mejor estrategia para solucionar el problema está resultando conflictivo para el Estado norteamericano. La Cámara de Representantes de mayoría republicana recientemente aprobó una ley para aumentar el techo de deuda en 1.500 millones de dólares. Este proyecto viene acompañado de una serie de recortes en el gasto público que afectan diferentes políticas sociales.
Por esta razón, Joe Biden se opone a la medida y se espera que no sea aprobada por el Senado, dónde hay mayoría demócrata. El presidente expresó que una ley así dañaría a las familias trabajadoras y acusó a los republicanos de poner en juego a la economía norteamericana.
Por su parte, los demócratas están elaborando su propio plan para no caer en default. Sin embargo, los republicanos se niegan a aumentar el límite sin un recorte de gastos. La economía estadounidense depende de que ambos partidos puedan dejar sus diferencias de lado y lleguen a un acuerdo que salve al país de graves problemas financieros.
Sin embargo, no es la primera vez que el país se enfrenta a un problema de esta clase, por lo que se espera que puedan resolverlo antes de que sea tarde.