A pesar de las solicitudes por parte de Estados Unidos, China se negó a mantener una reunión bilateral entre sus funcionarios durante el Diálogo Shangri-La, el foro de seguridad más importante de Asia. El único acercamiento entre el ministro de Defensa chino, Li Shangfu, y el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, fue un apretón de manos durante la comida inaugural, lo cual Austin calificó como insuficiente.

Austin destacó la importancia de mantener un canal de diálogo abierto entre ambos países, y resaltó la necesidad de llevar a cabo las conversaciones para evitar errores de cálculo que puedan llevar a un conflicto fuera de su control. Por ello, el secretario norteamericano cree que los departamentos de defensa deberían comunicarse entre sí de forma rutinaria.

Estados Unidos advirtió que la falta de contacto entre ambos en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas significa que no poseen un mecanismo de comunicación en situaciones de crisis. Esto resulta particularmente importante en temas relacionados a los accidentes marítimos o aéreos que en diferentes ocasiones ya generaron controversias. 

Durante su discurso en el foro, Austin expresó que “para líderes responsables en defensa, el momento correcto para hablar es todo momento, y el momento correcto para hablar es ahora”; y agregó que el diálogo no funciona como un premio, sino que es una necesidad. 

La justificación de Li Shangfu para no reunirse con Austin fueron las sanciones que persisten hacia su persona. La administración de Trump, durante el año 2018, impuso sanciones hacia Li debido a la compra china de cazas y misiles rusos. En este sentido, funcionarios chinos han comunicado que sería inapropiado reunirse mientras se mantengan dichas sanciones.

A su vez, oficiales militares chinos apuntaron a Estados Unidos como responsable al desestabilizar la región de Asia-Pacífico con su presencia militar. “Está resurgiendo una mentalidad de guerra fría, aumentando considerablemente los riesgos de seguridad”, comunicó Li.

El ministro chino expuso que se deben prevenir los intentos de usar la libre navegación para ejercer una hegemonía. Además, sugirió la culpabilidad de Estados Unidos y sus aliados de crear un peligro en la región. Por ello, señaló que deberían concentrarse en cuidar su propio territorio y apeló a la historia para demostrar que la creación de bloques políticos y divisiones nunca brindó seguridad. 

Mientras tanto, Austin sentenció que su objetivo es lograr una región libre, abierta y segura dentro de las reglas internacionales. Asimismo, defendió su compromiso para asegurar que todos los países puedan volar y navegar por donde el derecho internacional lo permita; y agregó que “no buscan conflicto o confrontación, pero no van a dudar frente al abuso o la coerción”.

No es la primera vez que China rechaza reanudar el diálogo. Ambos países se encontraron en una situación similar luego de que Estados Unidos derribara el globo chino que voló sobre el país en febrero. En aquel entonces, el ministro chino rechazó el diálogo propuesto por Austin argumentando que Estados Unidos no creó la atmósfera apropiada para un intercambio. 

En otras ocasiones, China llegó a establecer las condiciones a cumplir por parte de Estados Unidos para reiniciar las conversaciones. Las demandas incluían dejar de involucrarse en la problemática con Taiwán, no sobre reaccionar en casos como el del globo chino y dejar de imponer sanciones a su sector tecnológico.

Múltiples eventos recientes demuestran la importancia de mantener un diálogo activo frente a cualquier hecho que incremente la tensión entre ambos. Días atrás, Estados Unidos denunció “maniobras innecesariamente agresivas” de un jet chino frente a un avión militar norteamericano en el mar de China Meridional. Este incidente no pudo ser tratado debidamente debido a la negativa china a reunirse esta semana.

Otros líderes también manifestaron su inquietud. El ministro de Defensa de Singapur, Ng Eng Hen, instó a los líderes gubernamentales y comandantes militares de la región a profundizar el entendimiento mutuo y fomentar el consenso ante las crecientes preocupaciones de una guerra en Asia. 

No poseer una comunicación de mayor confianza, como sucedió en los primeros años de la Guerra Fría entre la Unión Soviética y Estados Unidos, significa un gran peligro. Sin la posibilidad de esclarecer los hechos, un incidente menor puede transformarse en una fuerte escalada del conflicto.