Los ministros de defensa de los países miembros de la alianza anunciaron el lunes la intención de aumentar la cooperación con otros estados durante este año. Japón es el primer apuntado, y según las declaraciones de los ministros, el foco de la colaboración estará en las nuevas tecnologías.
Aunque todavía restan por definirse los términos del acuerdo, Japón no será incluido dentro del “Pilar I” del AUKUS que consiste en el desarrollo conjunto de submarinos nucleares. El plan diagramado en este capitulo incluye la construcción de submarinos en Australia, de sus reactores nucleares en Reino Unido, y la compra de submarinos clase Virginia a EEUU para equipar a la Armada australiana con importantes capacidades nucleares para 2040.
El segundo pilar del acuerdo es el en que se buscará incluir a Japón. Este se centra en el desarrollo de “proyectos de capacidades avanzadas” que consisten en la compartición de tecnologías y desarrollo conjunto de computación cuántica, armas hipersónicas, inteligencia artificial y tecnología cibernética.
Según la declaración conjunta los factores tenidos en cuenta para la inclusión de nuevos países son: “Su innovación tecnológica, financiación, fortalezas industriales, capacidad para proteger adecuadamente datos e información sensibles e impacto en la promoción de la paz y la estabilidad en la región del Indo-Pacífico“.
Ahora, el presidente estadounidense Joe Biden se reunió en Washington con el primer ministro japonés Fumio Kishida y la cooperación con el AUKUS está en la agenda. Otros países como Candá y Nueva Zelanda han expresado interés en participar del acuerdo, pero Japón ocupa el primer puesto en las consideraciones de la política exterior norteamericana.
Cabe mencionar que en reiteradas ocasiones China calificó el pacto AUKUS como peligroso y advirtió que podría desencadenar una carrera armamentista regional. Sobre la inclusión de Japón la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino dijo: “Tokio debería abandonar la práctica de formar un pequeño círculo militar y de seguridad y seguir verdaderamente el camino del desarrollo pacífico”.
Algunos analistas comentan que hay ciertas complicaciones con la inclusión japonesa en los proyectos de AUKUS. Estas se centran en las relativamente débiles capacidades de ciberdefensa niponas y en leyes de protección de secretos de Estado demasiado laxas. La protección de tecnologías de vanguardia se ha vuelto una de las prioridades occidentales en la lucha hegemónica contra China que lleva a cabo sistemáticamente robos de propiedad intelectual y hackeos de información sensible.
Otro de los obstáculos a superar son las fuertes restricciones estadounidenses a la compartición de secretos tecnológicos, incluso con sus más cercanos aliados como Gran Bretaña y Australia. “Si no podemos integrarnos con el Reino Unido y Australia en algo tan importante como AUKUS, no hay posibilidad de hacerlo con Japón, cuyo aparato de seguridad todavía tiene una lógica de tiempos de paz y es inmaduro” declaró a Reuters el ex oficial del Pentágono para política industrial Bill Greenwalt.
A principios de este año, Japón anunció nuevos proyectos legislativos para aumentar la protección de información confidencial; incrementar los controles estatales a compañías con información sensible y crear una fuerza de seguridad cibernética de hasta 20.000 efectivos que combata los ataques informáticos.