Aviones de combate, buques de guerra y submarinos estadounidenses y británicos llevaron a cabo una serie de ataques aéreos en Yemen durante la noche del jueves en represalia por los ataques del grupo Ánsar Allah, mejor conocido como Movimiento Hutí, el cual está respaldado por Irán, contra buques mercantes en el Mar Rojo.
Testigos en el terreno a los cuales tuvo acceso la agencia internacional de noticias Reuters confirmaron explosiones en bases militares cerca de los aeropuertos de la capital Saná y de la ciudad de Taiz, una base naval en el puerto de Hodeidah el Mar Rojo y otros sitios militares en la gobernación costera de Hajjah.
Joe Biden, presidente de Estados Unidos, advirtió el jueves que “no dudaría” en tomar más medidas si fuera necesario y que los ataques siguieron a ataques “sin precedentes” de los hutíes contra barcos comerciales en el Mar Rojo.
“Estos ataques selectivos son un mensaje claro de que Estados Unidos y nuestros socios no tolerarán ataques contra nuestro personal ni permitirán que actores hostiles pongan en peligro la libertad de navegación“, afirmó el presidente norteamericano.
El viernes, Patrick Ryder, portavoz del Pentágono, expresó que Estados Unidos no planea agregar fuerzas adicionales a la región, dado que pronostican haber tenido buenos resultados. “Nadie quiere ver un conflicto regional más amplio. Pero, de nuevo, tampoco podemos permitir este tipo de comportamiento peligroso e imprudente“, resaltó, en relación a los ataques perpetrados por los hutíes en el Mar Rojo.
En el mismo sentido, la oficina del primer ministro británico, Rishi Sunak, confirmó que, actualmente no se planean más ataques contra objetivos hutíes, agregando que la situación se mantendrá bajo revisión.
Por su parte, Sunak calificó los ataques de “necesarios y proporcionados“. Su portavoz dijo que el primer ministro hará una declaración ante el Parlamento el lunes sobre los ataques, pero que esta no implica que se celebrará una votación sobre el apoyo a la acción militar.
“Como hemos dicho, el despliegue de las fuerzas armadas es una prerrogativa [del primer ministro], y el gobierno no tiene la obligación legal de buscar la aprobación parlamentaria formal“, dijo el portavoz el viernes.
Del otro lado, calificando los ataques como “bárbaros“, los hutíes afirmaron el viernes que continuarán atacando barcos que se dirigen a Israel mientras continúe la guerra contra Gaza, además de que amenazaron con represalias por los ataques británicos y estadounidenses.
Yahya Saree, portavoz militar de Ánsar Allah, dijo que 73 ataques alcanzaron cinco regiones de Yemen bajo su control, acabando con la vida de cinco personas e hiriendo a otras seis. “El enemigo estadounidense y británico tiene toda la responsabilidad por su agresión criminal contra nuestro pueblo yemení, y no quedará sin respuesta ni castigo“, advirtió Saree.
Sin embargo, el gobierno internacionalmente reconocido de Yemen, respaldado por Arabia Saudita, culpó a los propios hutíes por los ataques del Reino Unido y Estados Unidos alegando que el grupo rebelde es responsable de arrastrar a Yemen a una arena de confrontación militar con sus ataques en el Mar Rojo.
Mohammed Abdul-Salam, el principal negociador y portavoz de los hutíes, expresó que Estados Unidos y Gran Bretaña cometieron un “tonto” error “con esta agresión traicionera“. “Se equivocaron si pensaron que disuadirían a Yemen de apoyar a Palestina y Gaza […] [Los] ataques del grupo continuarán afectando a los barcos israelíes o a los que se dirigen a los puertos de la Palestina ocupada“, agregó.
Reacción internacional
Nasser Kanaani, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, expresó en un comunicado que “Estos ataques son una clara violación de la soberanía y la integridad territorial de Yemen, y una violación de las leyes internacionales“, mostrando todo su apoyo a sus aliados hutíes, partes del “Eje de la Resistencia”.
Además, el grupo libanés Hezbolá, también aliado de Irán y los hutíes, dijo que la agresión estadounidense confirma que Washington está en “plena asociación” con Israel. “Estados Unidos es un socio de pleno derecho en las tragedias y masacres cometidas por el enemigo sionista en Gaza y la región“, afirmó el grupo en un comunicado oficial.
Condenando los ataques, Hamas señaló en un comunicado que los gobiernos de Estados Unidos y el Reino Unido asumirán la responsabilidad por los impactos de sus ataques en la seguridad de la región.
El grupo islamista palestino Yihad Islámica, también con sede en Gaza, ha dicho que la escalada confirma que la administración estadounidense está “librando una guerra de genocidio contra el pueblo palestino en Gaza“. “Hacemos un llamamiento al pueblo de la nación árabe e islámica para que actúe en rechazo a la agresión contra Yemen, que se levantó en defensa de Gaza y de los lugares sagrados de los musulmanes en Palestina“, señaló la organización catalogada como terrorista en Occidente.
En apoyo a Estados Unidos y el Reino Unido, el portavoz de la Organización del Tratado del Atlántico Norte(OTAN) dijo que “estos ataques fueron defensivos y diseñados para preservar la libertad de navegación en una de las vías fluviales más vitales del mundo. Los ataques (hutíes) deben terminar“. Además, el portavoz agregó que Teherán tiene una responsabilidad especial de controlar a sus representantes.
Francia reafirmó su condena de los ataques hutíes contra buques comerciales en el Mar Rojo y pidió su cese inmediato. “Con esas acciones armadas, los hutíes guardan la responsabilidad extremadamente grave de la escalada en la región“, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores francés en un comunicado.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania dijo que la incursión occidental estaba destinada a evitar nuevos ataques. “Nuestro objetivo sigue siendo reducir las tensiones y restaurar la estabilidad en el Mar Rojo“, publicó el Ministerio en su cuenta de X.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita pidió “evitar una escalada“, a la vez que reconoció que estaba monitoreando la situación con “gran preocupación“. “El reino enfatiza la importancia de mantener la seguridad y la estabilidad de la región del Mar Rojo, ya que la libertad de navegación en ella es una demanda internacional“, dijo.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, condenó los ataques y acusó a Estados Unidos y al Reino Unido de estar “tratando de convertir el Mar Rojo en un mar de sangre“. “Todos estos actos son un uso desproporcionado de la fuerza“, expresó, y añadió que “Israel también recurre a este uso desproporcionado de la fuerza en Palestina“.
En referencia a la comunidad internacional en su conjunto, y a Estados Unidos en particular, el líder turco sentenció que esta, “o asume sus responsabilidades y pone fin a la arrogante agresión de Israel y protege a los civiles, o permite que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y sus ministros extremistas nos arrastren a una guerra regional que amenaza la paz mundial“.