El ejercicio reunió a Brasil, China y Estados Unidos en esta maniobra multinacional, una premisa un tanto sorpresiva para aquellos que siguen, aunque sea de lejos, los acontecimientos y tensiones internacionales.
¿Cómo es posible que China y EEUU cooperen en defensa siendo rivales estratégicos?
El Ejercicio Formosa 2024, uno de los más grandes y destacados de América Latina, se lleva a cabo en Brasil y reúne a fuerzas militares de diversas naciones. En esta edición, Estados Unidos y China, en un contexto de cooperación estratégica a pesar de las tensiones geopolíticas entre ambas potencias. Por primera vez, personal del Ejército Popular de Liberación de China (EPL) participa junto con los infantes de marina de Estados Unidos en ejercicios conjuntos en suelo brasileño, marcando un hecho inédito en la región.
Desde 1998, el Ejercicio Formosa ha sido un espacio de integración militar en el que se simulan operaciones anfibias, como ataques a zonas costeras hostiles con munición real. En la edición de este año, 33 infantes de marina chinos y 54 marines estadounidenses colaboraronn junto a unos 3.000 efectivos brasileños, en un escenario diseñado para promover la interoperabilidad entre las fuerzas armadas de los países participantes.
Realismo geopolítico – pragmatismo antes de ideología
En un claro gesto de pragmatismo estratégico, Brasil ha invitado a varias naciones amigas a participar en este ejercicio, alineándose con su política exterior histórica de buscar cooperación y evitar confrontaciones abiertas. El Ministerio de Defensa brasileño ha subrayado que este tipo de ejercicios no solo fortalecen la integración entre las fuerzas armadas, sino que también ofrecen a Brasil la oportunidad de posicionarse como un mediador global. Esto es evidente en la diversidad de los países que participan en las maniobras, entre los que se encuentran Argentina, Francia, Italia, México, Nigeria, Pakistán, la República del Congo y Sudáfrica.
A través de este ejercicio, Brasil pone en evidencia su rol como potencia regional, capaz de actuar como un puente entre potencias globales con intereses opuestos, como Estados Unidos y China. Este enfoque realista y pragmático, propio de su política exterior, le permite a Brasil establecer vínculos con actores que no necesariamente comparten sus valores o ideología, pero con quienes comparte intereses estratégicos.
El comandante de MARFORSOUTH y la Reserva del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, el teniente general Leonard Anderson, destacó la importancia de este ejercicio para reforzar la colaboración bilateral, haciendo hincapié en los 200 años de relación entre Estados Unidos y Brasil. Nuestra colaboración con los marines brasileños en el Ejercicio Formosa subraya la importancia de la cooperación internacional para mantener la seguridad regional, afirmó Anderson.
Por su parte, China ve esta participación como un paso más en la expansión de su cooperación militar con Brasil, algo que ya había tenido precedentes en ejercicios previos como el entrenamiento en la selva amazónica en Manaos en 2015, y la participación china en el Centro Conjunto de Operaciones de Paz en 2017. Según el Ministerio de Defensa chino, esta colaboración militar busca fortalecer la relación con Brasil en áreas como la ciencia militar y la industria de defensa.
A nivel internacional, la cooperación entre Estados Unidos y China en ejercicios militares ha sido casi inexistente desde 2016, cuando participaron en RIMPAC, el mayor ejercicio naval del mundo, antes de que Washington retirara la invitación a Beijing debido a las tensiones en el Mar del Sur de China. Sin embargo, la participación conjunta en Formosa 2024 ofrece una oportunidad rara de interacción directa entre ambas potencias en un entorno controlado y neutral.
El Ejercicio Formosa 2024 no solo subraya el creciente interés de Brasil por consolidar su posición como un actor clave en el sistema internacional, sino que también ejemplifica el enfoque realista de la política internacional, donde el pragmatismo y la cooperación con actores diversos son esenciales para garantizar la estabilidad regional y global. Para Brasil, ser el anfitrión de estas maniobras le permite proyectar su influencia, demostrar su capacidad de mediación y reforzar su rol en la arquitectura de seguridad internacional.