En los últimos días, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos han logrado dos importantes pasos en pos de mantener su posición como la principal potencia militar.
Russ Goemaere, portavoz de la Oficina del Programa Conjunto del F-35, anunció que el modelo F-35A Lightning II está ahora oficialmente certificado para llevar y lanzar la bomba termonuclear B61-12. Por otro lado, luego de meses de especulación y supuestas cancelaciones del programa hipersónico, la Fuerza Aérea estadounidense compartió una foto del primer misil de su tipo desplegado en la isla de Guam, poniendo a Estados Unidos en el club hipersónico.
Estas capacidades militares tienen una importancia central en el contexto de creciente conflictividad e inestabilidad que Washington enfrenta. Por primera vez desde los años 1990 Estados Unidos certificó un avión caza o bombardero para ser equipado con armas tanto convencionales como nucleares. Lo que es más, el F-35 se acaba de convertir en el primer avión caza de 5ta generación en tener esta capacidad. Esto significa que es la única aeronave con tecnología furtiva que puede lanzar bombas termonucleares.
La capacidad furtiva permite que la aeronave tenga muchas más posibilidades de no ser detectada por radares o sistemas antiaéreos de una nación extranjera, mejorando la capacidad de comenzar un ataque nuclear sin ser detectado por el oponente. Actualmente Estados Unidos tiene desplegadas unas 100 bombas termonucleares B61-12 en países como Alemania, Países Bajos, Italia, Bélgica y Turquía. Esta arma es una bomba nuclear “táctica”, destinada a una utilización operativa en el campo de batalla con una capacidad de daño “limitada”, a comparación con la potencia de las ojivas nucleares de los misiles intercontinentales. Las cuales serían utilizadas contra arsenales nucleares del enemigo o centros de comando y control, dada su importante precisión y capacidad destructiva.
Por otro lado, luego de mucho debate sobre el programa de armas hipersónicas de Estados Unidos, se considera inminente que la Fuerza Aérea pruebe el prototipo más moderno del arma desde su base de Guam en el Océano Pacifico.
Esto pondría al país a la par con China y Rusia, cuyas Fuerzas Armadas ya cuentan con misiles que viajan a una velocidad de por lo menos match 5, o sea 5 veces la velocidad del sonido. Sumado a su velocidad, estas armas tienen la capacidad de cambiar de dirección en vuelo, poniendo en duda la capacidad de que los sistemas antiaéreos convencionales logran detenerlos.
Washington tiene claro que sus dos grandes rivales, China en términos sistémicos a nivel global, y Rusia en forma nuclear y regional en Europa, están tratando de erosionar su preeminencia en el sistema internacional. Al contar con las mismas capacidades de avanzada que poseen sus adversarios como los misiles hipersónicos, Estados Unidos mantiene su estatus y su capacidad de disuasión. Pero es el avance sobre capacidades que no poseen otros países, como un avión de caza furtivo que puede transportar armas nucleares, lo que mantiene a raya las ambiciones de estos países.
En un contexto de aumento global en los gastos militares frente a un sistema internacional en tensión y conflicto, Estados Unidos está apostando a sostener su poderío económico con una moderna y global preeminencia militar.