Después de treinta años de mantenerse al margen, Finlandia se ha convertido en el trigésimo primer país miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Con su ingreso, la organización ha duplicado su frontera con Rusia, lo que ha llevado a este a prometer tomar las medidas necesarias para protegerse.
En su conferencia de prensa, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó la invasión de Ucrania “con el claro objetivo de tener menos OTAN (…) Pero recibirá exactamente lo opuesto”.
El proceso de adhesión de Finlandia ha sido “el más rápido de la historia moderna de la OTAN“, mencionó Stoltenberg. Es importante recordar que, tras la invasión de Rusia a Ucrania en febrero de 2022, los países de la OTAN invitaron tanto a Finlandia como a Suecia a unirse plenamente a la alianza. Sin embargo, Suecia aún tiene que seguir negociando, ya que su candidatura aún no ha sido autorizada por Turquía y Hungría, teniendo en cuenta que debe haber unanimidad entre los miembros para aceptar otros nuevos.
Stoltenberg analiza que esta incorporación “hará más segura a Finlandia y más fuerte a la OTAN”. Mientras Finlandia queda automáticamente protegida por el artículo 5° del tratado de la alianza, que considera un ataque a uno de sus miembros como un ataque contra todos ellos, la OTAN se beneficia al sumar a un país que cuenta con uno de los ejércitos más modernos de la región. Finlandia posee una flota de 55 aviones de combate estadounidenses F-18, que serán reemplazados por los modernísimos F-35, los cuales tienen un costo unitario de entre 77 y 95 millones de dólares. También, disponen de 200 tanques pesados y más de 700 piezas de artillería.
A su vez, con una población de 5,5 millones de habitantes, el país nórdico tiene un ejército ciudadano apoyado por un eficiente sistema de movilización que en poco tiempo puede poner en pie de guerra a miles de soldados, pues cuenta con servicio militar obligatorio desde 1922. Cabe aclarar que el ejército finlandés introdujo el servicio voluntario para mujeres en 1995, quienes representan el 2,5% de los nuevos reclutas en Finlandia.
Concretamente, el ejército está formado por 61.000 efectivos y 176.000 personas movilizadas. Por lo tanto, casi un tercio de la población adulta del país (900.000 personas) es reservista, lo que significa que Finlandia puede recurrir a uno de los ejércitos más grandes en relación con su tamaño en Europa.
Además, a diferencia de la mayoría de los Estados miembros de la OTAN, Finlandia cumple con el objetivo de la organización de destinar el 2 % del PBI a su propia defensa, PBI que supera los 297.000 millones de dólares.
Por lo tanto, el ingreso de Finlandia en la OTAN es un gran golpe para Vladimir Putin. No solo que Finlandia cuenta con una frontera de 1.340 kilómetros con Rusia, sino que refuerza la coalición que se ha opuesto firmemente a la invasión de Ucrania, logrando que países que solían ser neutrales ahora proporcionen financiación y armas a Ucrania.
“El presidente Putin quería cerrar la puerta de la OTAN. Hoy le mostramos al mundo que fracasó, que la agresión y la intimidación no funcionan. En lugar de menos OTAN, ha logrado lo contrario: más OTAN. Y nuestra puerta permanece firmemente abierta” declaró Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN.
Ante esta nueva realidad, Rusia ha amenazado con responder ante el posible establecimiento de bases militares de Estados Unidos en Finlandia. La portavoz del Ministerio de Exteriores, Maria Zajarova, ha indicado que Moscú se verá forzada a tomar medidas en represalia, ya sea “a nivel militar como técnico o de otra naturaleza” para detener lo que considera como “amenazas a la seguridad nacional”. Esto nos lleva a preguntarnos de qué naturaleza serán sus respuestas.