El mes pasado durante la visita del presidente de Mongolia Ukhnaagiin Khurelsukh a París, se firmaron dos acuerdos de inversión en el sector minero mongol. Por un lado, un trato por 1600 millones de euros le otorga a la empresa francesa Orano derechos sobre el yacimiento de uranio de Zuuvch-Ovoo.
El otro acuerdo alcanza los 400.000 euros y está dirigido a explorar una cuenca potencialmente rica en litio en Mongolia a través del servicio geológico nacional francés, el BRGM, que cuenta con potentes capacidades satelitales.
La visita del jefe de Estado mongol llegó 5 meses después del paso del primer ministro francés Emmanuel Macron por la capital de Mongolia Ulán Bator. Esta fue la primera vez que un primer mandatario francés visita la capital mongola en un viaje oficial. La última vez que un presidente mongol estuvo en Francia fue en 1996 durante una oleada positiva para las relaciones tras la democratización mongola.
Orano es una empresa cuyo mayor accionista es el estado francés, con 45% de su composición accionaria. El yacimiento localizado en la desértica región de Dornogobi en el sudoeste mongol iniciará las actividades preliminares el año que viene y en 2028 comenzará con la producción.
La empresa Orano es el segundo mayor productor de uranio del mundo con una participación del 9% en la producción mundial de uranio. La empresa se dedica a actividades de extracción de uranio, conversión y enriquecimiento, reciclaje de combustible gastado, logística nuclear, desmantelamiento e ingeniería del ciclo nuclear.
Francia es uno de los países con más centrales nucleares y depende de ellas para el 75% de su matriz energética. Este sector depende de un pequeño número de proveedores entre los que están Níger, Uzbekistán, Kazajistán, Australia y Namibia. Esta vulnerabilidad quedó expuesta el ultimo julio cuando se desarrolló un golpe de estado en Níger, el segundo mayor proveedor de Francia, responsable por el 15% de sus importaciones totales de uranio. El gobierno militar ha levantado consignas anticolonialistas y antifrancesas.
Francia se está esforzando por fortalecer sus intereses políticos, económicos y de seguridad en la región del Indo-Pacífico y Mongolia ve esto como una oportunidad para diversificar su cartera de socios internacionales dominada ampliamente por China, donde se dirige 80% de las exportaciones, y con presencia importante de Rusia, su otro vecino.
El acuerdo de Zuuvch-Ovoo marca la primera etapa de una nueva etapa de asociación entre Mongolia y Francia. Se estima que el megaproyecto cubrirá alrededor del 4 por ciento de la demanda mundial de uranio una vez alcance un desarrollo operativo estable.
A nivel local Orono llevará a cabo una joint venture junto a capitales mongoles creando la subsidiaria Badrakh Energy. El yacimiento de Zuuvch-Ovoo, descubierto en 2013, tiene reservas que se calcula alcanzan las 93,291 toneladas de uranio. El segundo yacimiento más grande y también licitado a Badrakh es Dulaan Uul que tiene 6,260 toneladas registradas. Las primeras inversiones francesas en el uranio mongol se dieron en 1997.
El gobierno de Mongolia está estudiando modelos de explotación diferentes al de la mina más grande del país Oyu Tolgoi, en el que la empresa británica-australiana Rio Tinto adoptó una participación mayoritaria en la enorme mina de oro y cobre y ha recibido criticas desde diferentes partidos. El nuevo proyecto Francia-Mongolia podría ser un campo de pruebas para políticas fiscales, transferencia de conocimientos y herramientas técnicas, formación de ingenieros y apoyo al sector exportador del país generando un mejor impacto en el desarrollo local mongol gracias a la profunda experiencia francesa en el sector nuclear.
Durante las reuniones se firmó otro acuerdo de asociación histórico entre Thales Alenia Space, un importante especialista francés en satélites, y el Ministerio de Comunicaciones y Desarrollo Digital de Mongolia. Thales Alenia Space construirá el satélite de banda Ku de alto rendimiento, que se denominará “Chinggis Sat”. El interés de Mongolia en establecer su propia estación satelital tiene implicaciones tanto financieras como de seguridad nacional.
La parte francesa también afirmó su apoyo a la organización de la 17ª Conferencia de las Partes (COP17) de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación en Ulán Bator en 2026.
Podemos esperar más acercamientos en las relaciones de estos países en los próximos dos años, el 60.º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas se celebrará en 2025. Las relaciones franco-mongolas son parte de un marco más general de asociación con la Unión Europea, que ahora es la tercera asociación comercial más grande de Mongolia. En 2017 se lanzó un Acuerdo de Asociación y Cooperación entre la Unión Europea y Mongolia.
La minería en Mongolia actualmente aporta alrededor de un tercio del PIB y representa el 89% de las exportaciones totales del país. El PIB mongol alcanza 15.290 millones USD en 2021. Mongolia es el país menos densamente poblado del mundo y el 30% de sus 3 millones de habitantes es nómade.
El potencial minero mongol también ha acercado a otros países. En agosto de 2023, Mongolia y Estados Unidos firmaron un memorando de entendimiento sobre la gestión y desarrollo de minerales que conllevó 25 millones de dólares en ayudas económicas. En septiembre Alemania acordó proporcionar a Mongolia 78 millones de euros en financiación.
El llamado de Francia a una “tercera vía” en el Indo-Pacífico, el rechazo a la competencia entre bloques y la insistencia en una “autonomía estratégica” resuenan positivamente en Ulán Bator. Recientemente Francia ha mejorado las relaciones con otros países que también insisten en buscar un “no alineamiento” o “multialineamiento” como India, Indonesia, los Emiratos Árabes Unidos, Bangladesh y Papua Nueva Guinea.