En los últimos años, la industria tecnológica se vió atravesada por el desarrollo de la IA, cuya evolución constante desata una fuerte competencia entre las empresas del rubro, que en su intento de llevar la delantera, hacen avanzar esta tecnología a un ritmo dificil de dimensionar.
Sin embargo, las pretensiones de los competidores encuentran su límite en la cantidad de energía que demandan los centros de datos de inteligencia artificial, en una coyuntura global en la que los recursos energéticos cobran cada vez mayor importancia.
De esta manera, estar a la vanguardia de esta tecnología dependerá, en gran medida, de la capacidad de abastecimiento energético que tengan las empresas. En este marco, los companías del rubro están comenzando a recurrir a la energía nuclear para satisfacer las demandas energéticas de sus centros de procesamiento.
Hace un mes, Microsoft reveló que planea reactivar una planta nuclear en Estados Unidos para impulsar sus sistemas de IA. Se trata de la central Three Miles Island, que permanece cerrada desde 2019. Sin embargo, mediante una inversión de USD 1600 millones la empresa Constellation Energy comenzará un proceso de restauración y modernización de la planta ubicada en Pennsilvania, cuya energía será destinada en su totalidad a los centros de datos de Microsoft durante al menos 20 años.
Esta semana, Google elevó la apuesta anunciando un acuerdo para la construcción de siete reactores modulares que alimentarán sus centros de procesamiento de datos, que demandan cada vez un mayor suministro energético. La edificación de los reactores estará a cargo de Kairos Power, que tendría listo el primero para 2030.
En tanto, Amazon firmó un acuerdo con Dominion Energy para la construcción de un reactor modular en el Estado de Virginia, EEUU, que se suma a otros dos proyectos de la empresa para alimentar sus instalaciones.
De este modo, los SMR (Small Modular Reactors) parecen ser la solución a la creciente demanda energética de las Big Tech. Con su reducido tamaño en comparación a los reactores nucleares tradicionales, los SMR están diseñados para ser construidos en fábricas, y luego transportados y ensamblados, lo que los vuelve una alternativa viable de suministro energético para la industria tecnológica.
El resurgir de la energía nuclear, una oportunidad para la Argentina
La creciente demanda energética a lo largo de todo el mundo provocó un nuevo auge de la industria nuclear, que durante años tuvo mala prensa. En este contexto, no solo los países que buscan satisfacer la demanda energética de su población apuestan por este tipo de energía, sino que también las grandes empresas tecnológicas emprenden proyectos como el que anunció google esta semana.
Mientras tanto, de este lado del mundo existe una industria nuclear que se destaca a nivel internacional, con proyectos como el CAREM, un reactor de potencia orientado a producir energía eléctrica a gran escala. Este Small Modular Reactor, desarrollado por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), está íntegramente diseñado y construido en el país.
Si bien el proyecto aún no está terminado, y por el momento las obras se encuentran frenadas, es una muestra de que Argentina cuenta con los medios y el know how necesarios. En un contexto donde las empresas comienzan a volcarse hacia la energía nuclear para satisfacer sus demandas energéticas, la industria nuclear del país tiene enorme potencial para atraer inversión extranjera.