En un informe publicado hace pocos días, Human Rights Watch (HRW) asegura que la patrulla fronteriza de Arabia Saudita no solo utilizaarmas cortas y largas, efectuando disparos de corta distancia, sino que también han recurrido a armamento explosivo con el fin de evitar que los migrantes africanos no ingresen al país. De esta forma, han acabado con la vida de cientos de ellos.
Además, a todos aquellos etíopes que logran detener les lanzan piedras y los golpean sistemáticamente, abusan sexualmente de las mujeres y obligan a algunos migrantes a participar de actos de violencia sexual contra esas mismas mujeres. Asimismo, algunos migrantes han sido disparados en sus extremidades, causando “lesiones permanentes y amputaciones”.
Entre algunas de las acciones de los guardias saudíes, citados por The Guardian, se encuentra el bombardeo a un grupo que había sido expulsado y estaba volviendo a Yemen. De los sobrevivientes, un joven fue obligado, bajo amenaza de muerte, a violar a otra de las sobrevivientes. Además, “los guardias fronterizos sauditas primero preguntaron a los sobrevivientes en qué parte de su cuerpo preferían que les dispararan, antes de dispararles a quemarropa”.
“Si se cometen como parte de una política del gobierno saudita para asesinar a migrantes, estos asesinatos serían un crimen de lesa humanidad. Si bien Human Rights Watch ha documentado previamente asesinatos de migrantes en la frontera con Yemen y Arabia Saudita desde 2014, los asesinatos documentados en este informe parecen ser una escalada deliberada tanto en el número como en la forma de los asesinatos selectivos”, dicta el informe de la organización defensora de los derechos humanos.
“Las personas que viajaban en grupos describieron haber sido atacadas por proyectiles de mortero y otras armas explosivas por guardias fronterizos sauditas una vez que habían cruzado la frontera de Yemen a Arabia Saudita. Los guardias fronterizos sauditas descendían de sus puestos (…) y golpeaban a los sobrevivientes”, agrega el informe.
El informe que elaboró HRW tiene 73 páginas, el cual fue elaborado a partir del testimonio de 38 etíopes que intentaron cruzar la frontera entre marzo del 2022 y junio del 2023, además de otros cuatro familiares o amigos de migrantes. Hamdiya, una niña de 14 años, declaró en el informe qué “Nos dispararon repetidamente. Vi gente asesinada de una manera que nunca había imaginado. Vi a 30 personas asesinadas en el acto. Podía sentir a la gente durmiendo a mi alrededor. Me di cuenta de que lo que pensé que eran personas que dormían a mi alrededor eran en realidad cadáveres. Me desperté y estaba sola”.
La autora del informe, Nadia Hardman, dijo en una entrevista con Reuters que “la gente me dijo que fueron testigos de campos de exterminio: cuerpos esparcidos por toda la zona montañosa”. Además, manifestó que, si bien cubre la violencia en las fronteras, “nunca me he encontrado con algo de esta naturaleza, el uso de armas explosivas, incluso contra mujeres y niños”.
Un funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos declaró que en Washington hay preocupación por las prácticas de las que son acusados los oficiales de gobierno saudita, llamando a una investigación en profundidad. Desde el anonimato, un funcionario saudí ha desmentido las acusaciones, calificándolas de “infundadas y no basadas en fuentes confiables”.
Actualmente, según estimaciones de las Naciones Unidas, hay alrededor de 750.000 etíopes viviendo en Arabia Saudita, los cuales han llegado luego de tener que padecer, por años, pobreza, hambrunas y cruentos conflictos políticos en su país.
La ruta conocida como “Ruta Yemení” consiste en que los etíopes cruzan la frontera a Djibouti y son transportados por traficantes a través del Mar Rojo hacia Yemen. Luego, son llevados a la frontera a través de los territorios controlados por los hutíes. Cabe recordar que este grupo, apoyado por Irán, tomó la capital Saná en 2014, y se encuentra actualmente en conflicto con Arabia Saudita en la frontera norte del país.
Dentro de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el Proyecto “Migrantes Desaparecidos” afirmó que alrededor de 795 personas habían muerto en la frontera saudita en el mismo período que cubre el informe de HRW, de los cuales la mayoría eran etíopes.
El Grupo de Expertos Forenses Independientes (IFEG, por sus siglas en inglés), que pertenece al Consejo Internacional de Rehabilitación para Víctimas de la Tortura, analizó material fotográfico y videos de las heridas, fatales y no fatales, de los migrantes etíopes atacados en la frontera. En su informe propio, sentencian que muchas de ellas son producto de explosiones. “Existen patrones claros consistentes con la explosión de municiones con capacidad para producir calor y fragmentación, mientras que otras tienen características consistentes con heridas de bala”.
Por último, el portavoz de las Naciones Unidas, Stephane Dujarric, se expresó al respecto en nombre de su organización. “Tratar de detener la migración usando el cañón de un arma es intolerable”. Además, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU llamó a una investigación profunda y exhaustiva luego del reporte de HRW.