Radar Austral

Henry Kissinger: ¿Qué se hace el día después? 

Frente a un conflicto militarmente estancado, Henry Kissinger aconseja que Ucrania debe ingresar a la OTAN cuando termine la guerra con el fin garantizar la paz en Europa.

Publicado el 22 de mayo de 2023 por Ryan Leif Hillblad
Henry Kissinger: ¿Qué se hace el día después? 

Recientemente, el histórico diplomático Henry Kissinger brindó una entrevista a The Economist, pocos días de cumplir 100 años de vida, en la cual afirmó que considera una buena idea que Ucrania se una a la OTAN cuando la guerra termine.

A 15 meses del comienzo de la invasión rusa a Ucrania se acrecientan cada vez más las preguntas sobre cómo debe terminar el conflicto y cómo se organizará el esquema de seguridad europeo en el futuro. Henry Kissinger, ex asesor de Seguridad Nacional, secretario de Estado y consultor político ha cambiado de idea sobre cómo se debería ver Europa cuando las balas callen.

En instancias pasadas Kissinger había afirmado que Ucrania debía aceptar pérdidas territoriales en una negociación de paz con Rusia. Asimismo desde antes del comienzo de la invasión y en los meses subsiguientes el diplomático sostenía que los Estados Unidos se habían equivocado al tratar de sumar a Ucrania a la OTAN. Estos cambios en sus opiniones se explican en su visión por el cambio en la realidad en el terreno. “Ahora hemos armado a Ucrania hasta el punto en que será el país mejor armado y con el liderazgo con menos experiencia estratégica en Europa”.

La situación post bélica debe evitar que una Ucrania inexperta con grandes depósitos de armas de última tecnología, pueda decidir sobre su política de defensa y potenciales cambios territoriales. Toda vez que Rusia probablemente emerja del conflicto herida material y emocionalmente. 

El Secretario General de la OTAN Jens Stoltenberg recientemente afirmó que “todos los aliados de la OTAN han acordado que Ucrania se convertirá en miembro”. El tono que emana de la alianza es cada vez más cercano y comprometido con Ucrania. El presidente Biden acaba de anunciar que los Estados Unidos comenzarán a entrenar a pilotos ucranianos en el uso de aviones caza occidentales como los F-16. Esta serie de acciones marcan un creciente avance sobre las líneas rojas de Moscú frente al conflicto. 

Al inicio de la guerra el presidente Putin había declarado que el objetivo central de la “Operación Militar Especial” era desarmar a Ucrania y evitar que se convirtiera en un miembro de la OTAN. Aún más, en las negociaciones infructuosas con los Estados Unidos antes de la guerra, Rusia pedía que la OTAN volviera a sus fronteras de 1997. La realidad ha llevado a que no solo se considere activamente el ingreso de Ucrania a la alianza, si no que Finlandia se haya sumado como miembro pleno y Suecia esté en proceso de hacerlo. 

El presidente ruso había amenazado con represalias políticas y militares si Suecia y Finlandia se unían a la alianza. A su vez, Moscú ha vuelto a amenazar con “enormes riesgos” en caso de que se provea a Ucrania con aviones de combate occidentales. Frente a este pasaje de líneas rojas de manera constante Kissinger recomienda que la guerra debe terminar con un escenario de “insatisfacción mutua”. Una paz en donde Rusia ni Ucrania salgan ganando.

El diplomático considera que Moscú puede ceder territorios conquistados siempre y cuando retenga Crimea y el estratégico puerto de Sevastopol. Por otro lado Ucrania puede llegar a perder territorios pero mantener su unidad como país comenzando a pensar en su futuro post bélico.

La idea del ingreso a Ucrania luego de que terminen las hostilidades es presentado por Kissinger como un seguro para el propio Putin. El pensador considera que una Ucrania dentro de la alianza tendrá un muy bajo nivel de maniobra para poder planear o emprender acciones de reconquista de territorios perdidos o acciones militares contra Rusia. El argumento sostiene que al entrar en la OTAN se puede llegar a un estatus de insatisfacción mutua que garantice una estabilidad en la región. Según Kissinger, actualmente muchos líderes europeos ven de forma negativa la posibilidad de que Ucrania se una a la alianza porque representaría una seria amenaza de ser arrastrados a un conflicto abierto con la potencia nuclear de Rusia. 

En la actualidad los frentes de batalla en la guerra se encuentran relativamente estabilizados y se siguen esperando aún las anunciadas contraofensivas ucranianas. En este contexto, surgen crecientemente voces que comienzan a pensar cómo podría alcanzarse un acuerdo de paz y cómo se debería configurar la estructura de seguridad euroasiática. En la misma entrevista, Kissinger señaló que China estaría posicionándose para tratar de conseguir una negociación que ponga fin al conflicto.

China podría estar abierta a la idea de que Ucrania se una a la OTAN, manteniéndose como un país independiente, siempre y cuando Rusia emerja del conflicto territorialmente entera. Beijing es central en este proceso puesto que no solo tiene una alianza “sin límites” con Moscú si no que va en contra de sus intereses nacionales tener a una Rusia desestabilizada en Asia Central. 

Para Kissinger la salida de la guerra es un movimiento doble, por un lado contener y proteger a Ucrania dentro de la OTAN y por otro que los países Europeos vuelvan a interactuar con Rusia para solidificar una paz duradera. Los Estados Unidos con sus crecientes donaciones de armas, que incluyen por primera vez ahora la posibilidad de cazas occidentales, están convirtiendo a Ucrania en un miembro de facto de la alianza. Al tener todas las capacidades militares para poder interoperar con la OTAN, se hace cada vez más probable una unión futura. Situación que era muy difícil antes de la guerra cuando la mayoría de los sistemas de armas ucranianos eran ex soviéticos o rusos, inoperables por tanto con Occidente. Eso ahora no es un obstáculo. 

Kissinger ha dado un círculo completo en sus opiniones sobre el conflicto. Ha pasado de criticar la estrategia estadounidense de expansión de la OTAN a Ucrania antes de la guerra, a pedir la incorporación del país a la alianza como garantía de una paz duradera en Europa. Frente a una creciente irresolución del conflicto por vía militar en el campo de batalla, las preguntas sobre cómo terminar el conflicto y construir un equilibrio regional se hacen cada vez más fuertes.

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