El Poder Ejecutivo inició un proceso de licitación nacional e internacional para concesionar por los próximos 30 años, el dragado y balizamiento de la Hidrovía Paraná-Paraguay, trayecto por el que transita el 80% del comercio exterior del país. De este modo se buca dejar el proyecto en manos de privados para reducir el gasto público. Asimismo, el proceso licitatorio deja fuera a las empresas estatales, por lo que China quedaría excluída, en el marco de una decisión con tintes geopolíticos.
La resolución de la licitación determina la exclusión de «personas jurídicas controladas, directa o indirectamente, por estados soberanos o agencias estatales«, como es el caso de las firmas de origen chino que operan en el exterior. En este sentido, la empresa Shanghai Dredging Company (SDC), firma subsidiaria de China Communications Construction Company (CCCC) quería competir por el dragado de la hidrovía de hace tiempo.
El accionar de esta empresa (SDC) en Latinoamérica forma parte de la agenda de expansión comercial de China en la región, a través de la adjudicación de importantes obras de infraestructura como el recién inaugurado Puerto de aguas profundas de Chancay, en Perú (construído por otra empresa china). Mientras tanto, CCCC es uno de los principales instrumentos de la estrategia china en el Mar Meridional, a través de la construcción de islas artificiales que mezclan objetivos económicos y militares.
La decisión de excluir empresas estatales de la licitación, pone un límite a la expansión de la influencia china a nivel regional, dejando a la hidrovía fuera del alcance de los objetivos geopolíticos de Beijing en América Latina.