Desde el comienzo de la guerra civil en abril de 2023, teniendo como actores principales a las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) y las Fuerzas Armadas de Sudán (FAS), diferentes organismos y gobiernos denuncian una limpieza étnica contra la comunidad Masalit en El Geneina, Darfur oeste, Sudán.
Se han dado a conocer impactantes testimonios de ciudadanos sudaneses, quienes revelaron haber visto niños siendo “amontonados y disparados”, por parte de las FAR en un intento de escapar la capital regional de El Geneina en junio del año pasado. El reporte de Human Rights Watch denuncia que los ataques de las FAR y sus aliados han provocado miles de asesinatos y cientos de desplazados en El Geneina y alrededores.
También se establece que dichos abusos están dirigidos a personas no árabes, con el objetivo de que quienes sobreviven abandonen la región, constituyendo una limpieza étnica.
Andrew Mitchell, el secretario de Estado para el desarrollo internacional de Gran Bretaña, declaró que están “todas las señales de una limpieza étnica”. También se estima que, desde el estallido de la guerra, más de 5 millones de personas han sido desplazadas de sus hogares.
Entre diversos testimonios, un joven de 17 años describió el asesinato de 12 niños y 5 adultos de diferentes familias, sucedido el 15 de junio de 2023: “Dos hombres de las FAR separaron a los niños de sus padres, mientras los adultos comenzaron a gritar, otros dos miembros de las FAR les asesinaron, y luego apilaron a los niños y les dispararon a ellos también.” Los ataques continuaron por varios días, mientras que los ciudadanos de El Geneina intentaban escapar por la frontera hacia Chad, donde 75% de los desplazados provienen de El Geneina.
Desde el comienzo de los ataques, las FAR han ocupado casi la totalidad de las ciudades de El Darfur, excepto una, El Fasher, la cual es controlada por las Fuerzas Armadas de Sudán. Sin embargo, la ciudad ya está rodeada por las FAR, y varios diplomáticos temen que esta esté en el “precipicio de una masacre a gran escala”. Tirana Hassan, directora ejecutiva de Human Rights Watch, advirtió: “Mientras el consejo de seguridad de la ONU y los gobiernos se dan cuenta del desastre que se avecina en El Fasher, las atrocidades a gran escala cometidas en El Geneina deberían verse como un recordatorio de las atrocidades que podrían ocurrir en ausencia de una acción concertada”. A lo que agregó: “Gobiernos, la Unión Africana, y las Naciones Unidas necesitan actuar ahora para proteger a los civiles”.
Si bien los hechos comenzaron hace un año, han adquirido más relevancia gracias al reporte de HRW. Se ha llamado a las Naciones Unidas y la Unión Africana a imponer urgentemente un embargo de armas a Sudán, sancionar a los responsables de crímenes graves y desplegar una misión para proteger a los civiles. Todos los hechos de tal magnitud deberían ser investigados y sancionados por la Corte Internacional de Justicia, y también tendrían que ocupar un lugar prioritario en la agenda de las Naciones Unidas.