El viernes inició la primera fase de la votación en la que participarán casi mil millones de personas. Este año hay mucho en juego ya que los indios decidiran si otorgarle un tercer madato al primer ministro Narendra Modi y a su Partido Bharatiya Janata (BJP) que, aunque criticado, ha llevado a la India a proyectarse como la nueva potencia del siglo XXI.
Bajo el liderazgo de Modi, India se ha convertido en la gran economía de más rápido crecimiento del mundo y con más de 1400 millones habitantes ya superó a China como el país más poblado.
Sin embargo, desde que asumió por primera vez en 2014, se han ido multiplicando las críticas a su gobierno, acusado de volverse cada vez más autoritario y de reemplazar el laicisimo fundacional indio por el fomento estatal del hiduismo.
¿Quiénes son los candidatos?
Por un lado, esta Narendra Modi de 73 años, quien tiene una abrumadora mayoría en el Congreso luego de las últimas elecciones de 2019. Sus políticas de desarrollo y lucha contra la corrupción le han granjeado el apoyo popular y se ubica ampliamente como favorito para estos comicios tras aplicar durante años reformas sociales y medidas de bienestar.
Su partido, el BJP o Partido Popular Indio traducido al español, podría ser descripto como populista de derecha y conservador, pero se caracteriza especialmente por promover el nacionalismo hindú o hindutva. Esta ideología aboga por la identificación de India únicamente con la religión hinduista, a pesar de ser este un país muy diverso religiosa y culturalmente. Un 15% de la población profesa el islam siendo con 200 millones el tercer país con más musulmanes. Además, es considerada la tierra santa para el budismo y el sijismo lo que los vuelven grupos muy vocales en el debate político.
En los últimos años se han multiplicado las críticas a Modi, tanto dentro de India como fuera. Los principales motivos son la persecución de opositores y la represión a medios de comunicación; las presuntas relaciones de su partido con grupos violentos que amedrentan a las poblaciones musulmanas; y la desviación del espíritu laico con el que concibieron a India los artífices de su independencia, Mahatma Gandhi y Jawaharlal Nehru, para pasar a promover el hinduismo con la fuerza del Estado. Ejemplos de esto se han visto en las demoliciones de monumentos musulmanes, el cambio de nombre de ciudades y la revisión de los libros de historia oficiales.
A pesar de esto, sus últimos 10 años de gobierno han traído grandes avances para India. Entre otros logros se multiplico más del triple el porcentaje de la población con acceso a internet; se realizaron numerosos proyectos de infraestructura crítica, muchos de los cuáles apuntan a a atraer las inversiones que están saliendo de China; y se construyó una nueva doctrina de política exterior, más asertiva y con mayor proyección internacional.
La oposición está liderada por el Congreso Nacional Indio, o Partido del Congreso, movimiento surgido en el Raj Británico en 1885 que lideró los esfuerzos independentistas. El partido podría describirse de forma simplificada como socialdemócrata y tiene en el centro de su programa al laicismo, el cual ha sido sostenido como eje para evitar las disputas religiosas como aquellas que llevaron a la guerra y secesión de Pakistán y Bangladesh.
En los 77 años que transcurrieron desde la independencia, el Partido del Congreso gobernó durante 55. Sin embargo, al igual que los partidos tradicionales en gran parte del mundo, actualmente goza de baja popularidad. Es por eso por lo que en esta ocasión se ha unido al Partido Popular Nacional, al Partido del Hombre Común y a varios movimientos de izquierda en la Alianza Nacional para el Desarrollo Inclusivo de la India que lleva como plataforma el lema “salvar la democracia”.
Este bloque se ha visto acosado por luchas internas y aún no ha presentado a su primer ministro. A pesar de esto, lo más importante para la alianza ahora es potenciar a todos sus líderes regionales impidiendo así que Modi obtenga los 400 escaños que necesita para reformar la Constitución. De los 543 miembros que tiene la Cámara Baja o Lok Sabha, 303 pertenecen al BJP, al que sigue a la distancia con tan solo 53 bancas el Congreso Nacional Indio.
Entre los principales líderes de la oposición están Rahul Gandhi, que ya enfrentó a Modi en 2014 y Arvind Kejriwal, jefe de gobierno de Dehli.
Además del creciente autoritarismo y la persecución a minorías, los principales problemas sobre los que se apoya la oposición son el desempleo, que en jóvenes de 20 a 24 años alcanza el 44%, y los reclamos de los agricultures, que son alrededor del 50% de la población y han realizado masivas protestas en contra de las políticas agrícolas de Modi.
¿Cómo son las votaciones?
La complejidad del sistema se justifica en la enorme cantidad de votantes, con casi mil millones de personas podemos compararlo con la población combinada de todos los países de América. Los comicios se desarrollan en siete fases, con diferentes fechas a lo largo de los 28 estados y los 8 territorios del país. Estas se extienden desde el 19 de abril hasta el 1 de junio mientras que el recuento de votos se calcula para el 4 de junio.
El sistema multipartidista es de mayoría simple, en él, el partido que obtenga más votos nombrará primer ministro a uno de sus candidatos ganadores
Cada partido tiene asignado un símbolo único entre los cuales podemos contar una escoba, el loto del BJP, un peine o la palma abierta del Partido del Congreso. Esto facilita la votación, especialmente para la cuarta parte de la población que es analfabeta.
Es interesante ver en números la enorme logística que implica esta elección. Son más de 1 millón de centros de votación, que se ubican desde las islas en el Indico hasta más de 4600 metros en el Himalaya. El voto se realiza de forma electrónica y se emplean alrededor de 15 millones de funcionarios para cubrir las elecciones. Se calcula que tienen un costo de 8.600 millones de dólares, convirtiéndose también en las elecciones más caras del mundo. Son más de 2700 los partidos que se presentan, aunque solo 6 tienen una extensión nacional.