El pasado 31 de julio, mientras se encontraba en Teherán, Irán, celebrando la asunción del nuevo presidente iraní Masoud Pezeshkian, el líder político de Hamas Ismail Haniyeh fue asesinado durante la madrugada por un artefacto explosivo ubicado en el domicilio donde se hospedaba. A pesar de no hacerse responsable de este acto, Irán decidió culpar a Israel y jurar venganza.
Desde ese momento que Estados Unidos junto a otros países occidentales como Reino Unido, Francia e Italia están haciendo esfuerzos para bajar la tensión en la región y evitar una escalada de violencia.
Ante las amenazas sobre inminentes ataques devastadores de Irán, Israel practicó maniobras de defensa en conjunto con Estados Unidos y alertó a su población a estar atentos. “Estamos preparados tanto para la defensa como para el ataque” exclamó Benjamin Netanyahu la pasada semana.
El dilema que se presentó en Irán y que aún no ha sido resuelto es el siguiente:
Atacar a Israel de manera contundente y prepararse para las consecuencias o hacer un ataque moderado y evitar la escalada total del conflicto?
Al atacar de manera contundente se tendría que tener en cuenta lo siguiente:
- El costo económico del ataque en cuanto a municiones y tecnología requerida sería mucho mayor que todos los anteriores ataques.
- Las represalias israelíes podrían ser devastadoras, conociendo el poderío militar que poseen y pudiendo destruir infraestructura crucial para su financiamiento, la producción de petróleo.
Aquí se pueden ver las ubicaciones de la infraestructura principal utilizada para extraer, refinar y transportar el petróleo en el suelo irani.
- Sanciones económicas que impondrán la mayoría de países justificado por el contundente ataque y llevando a la república islámica a un mayor aislamiento internacional que el que sufre hoy en día, causando problemas económicos entre otros.
- Escalada del conflicto a nivel regional, alejando la posibilidad de conseguir un acuerdo de alto al fuego y futura resolución del conflicto entre Israel y Palestina.
En abril de 2024, Irán lanzó un ataque de más de 300 drones no tripulados hacia Israel, que gracias a sus sistemas de defensa pudo frenarlo teniendo como resultado a un herido de gravedad. Si el ataque moderado se compara con ese, de toda maneras Israel responderá a la agresión por lo tanto la escalada del conflicto existirá pero no de una manera total.
En las costumbres de medio oriente, si recibes un ataque exterior y se toma la decisión de no dar respuesta alguna es una señal de debilidad hacia el mundo, algo muy mal visto sobre todo por la población de cada país. Es por eso que cada ataque tiene una respuesta como consecuencia, es lo que está planeando Irán y lo que planea Israel.
Dentro del dilema sobre la contundencia del ataque que Irán debería efectuar, hay dos bandos en la política irani.
Por un lado se encuentra el lider ayatollah Ali Khamennei, quien con su postura belicista apoya un ataque contundente a Israel sin tener en cuenta las consecuencias de este, considerando que el acto del asesinato a Ismail Haniyeh merece este tipo de respuesta.
Por el otro lado se encuentra Masoud Pezeshkian, presidente recientemente asumido de Irán con menos de un mes en el cargo y reconocido como un “reformista” quien elegiría un ataque moderado, siendo “obligado” por su gente a dar una respuesta pero sabiendo las consecuencias posibles, se inclinaría por esta idea.
De esta manera, parece que luego de 14 días de discusión y negociación la decisión no estaría tomada pero las amenazas continúan dejando en claro que, contundente o moderado, el ataque va a llegar.