El pasado lunes 3 de julio, miembros de las fuerzas armadas israelíes llevaron a cabo una incursión en el campamento de refugiados de la ciudad de Jenin, al norte de Cisjordania, el cual cuenta con alrededor de 14.000 habitantes.
Cabe recordar que Cisjordania, junto con la Franja de Gaza, son las regiones en las cuales residen la mayor cantidad de palestinos, y donde se proyecta la creación de un futuro Estado de Palestina. Además, dos tercios de la totalidad del territorio de Cisjordania está bajo control militar israelí, mientras que el tercio restante es administrado por la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Según información del Ministerio de Salud palestino, durante el ataque, 12 palestinos fallecieron y otros 100 resultaron heridos. Adicionalmente, alrededor de 4.000 personas huyeron del campamento y otras 150 fueron arrestados por el Ejército israelí. Por el contrario, un soldado israelí, identificado como David Yehuda Yitzhak, perdió la vida.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) aseguraron que el objetivo de la operación militar era desmantelar un centro de comando palestino, utilizado para llevar a cabo ataques terroristas. Al comienzo de la redada, las FDI llevaron a cabo un ataque aéreo cerca de una mezquita, el primero de este tipo desde 2006, lo cual desencadenó un intercambio de disparos entre militares israelíes y militantes palestinos que se extendió hasta el martes 4 de julio.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, defendió la redada ante los medios y declaró que el ataque fue un gran golpe a la militancia terroristas palestina. Según él, “Jenin se había convertido en un refugio seguro para el terrorismo“. El jefe de Gobierno israelí sostiene que es vital desarmar las brigadas palestinas, a las que Israel considera como terroristas, las cuales, según acusó, están respaldadas por Irán.
Por otro lado, el presidente de la ANP, Mahmoud Abbas, denunció la redada como un “crimen de guerra“, alegando que en el campamento de Jenin viven una gran cantidad de familias palestinas que fueron forzadas a escapar con sus niños luego del ataque.
Abbas asegura haber suspendido la comunicación con Israel, además de poner fin a las charlas de coordinación de seguridad bilaterales que estaban llevando a cabo ambas partes. Asimismo, llamó a la comunidad internacional a tomar medidas para la protección de su pueblo.
Luego de la retirada de las tropas de Israel en las primeras horas del miércoles, las represalias palestinas no tardaron en llegar. Un militante palestino de apenas 20 años intentó atropellar y luego apuñalar a varios peatones en Tel-Aviv, dejando un saldo final de ocho heridos antes de ser abatido por un civil armado israelí.
Además, cinco misiles fueron disparados desde la Franja de Gaza con destino a Tel-Aviv, aunque no hubo heridos. Posteriormente, las FDI bombardearon la Franja de Gaza, alegando que, “en respuesta a los cohetes lanzados durante la noche desde Gaza hacia el territorio israelí, los aviones de combate de las FDI atacaron durante la noche una instalación subterránea de fabricación de armas utilizada por la organización terrorista Hamás, así como una instalación de fabricación de materias primas para cohetes perteneciente a Hamás en Gaza“.