El Sahara Occidental es un territorio en disputa desde 1975, año en el que España se retiró del territorio luego de un largo periodo de descolonización y de enfrentamientos con Marruecos y Mauritania. En suma, y agregando un nuevo eje de conflicto en la región, el Frente Polisario, un movimiento independentista activo en la zona, autoproclamó la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) con el apoyo de Argelia, histórico rival de Marruecos.
Aunque gran parte del territorio está ocupado por Marruecos, las Naciones Unidas no reconocen la soberanía marroquí sobre el mismo, dándole legitimidad al reclamo del Frente Polisario. Es más, según el organismo internacional, el Sahara Occidental es un territorio no autónomo que está bajo la supervisión del Comité Especial de Descolonización. Cabe destacar que, si bien la RASD es reconocida actualmente por 82 estados, no es miembro de las Naciones Unidas.
En este contexto, el hecho de que Israel haya reconocido la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental es una espaldarazo histórico para Marruecos, sobre todo teniendo en cuenta que son pocos los países que han realizado un reconocimiento similar: entre ellos, podemos contabilizar a Estados Unidos y Arabia Saudita, entre otros. Sumado al reconocimiento, Israel planea abrir un consulado en la ciudad de Dakhla, ubicada en la parte marroquí del Sahara Occidental.
Según el ministro de Relación Exteriores de Israel, Eli Cohen, este anunció «fortalecerá las relaciones entre los países y entre los pueblos, y la continuación de la cooperación para profundizar la paz y la estabilidad regionales«. Cabe recordar que hace un par de semanas, el presidente del Parlamento israelí, Amir Ohana, se había pronunciado con respecto a la importancia de reconocer al Sahara Occidental como territorio marroquí.
También es importante mencionar que Marruecos e Israel normalizaron sus relaciones diplomáticas en 2020, en el contexto de los Acuerdos de Abraham, patrocinados por la administración del entonces presidente estadounidense, Donald Trump. Esto significó la promoción de la cooperación en distintos y la búsqueda de «relaciones diplomáticas plenas, pacíficas y amistosas«.
Marruecos se sumó entonces a Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Sudán entre los Estados que normalizaron sus relaciones con Israel en el año 2020. A cambio del reconocimiento marroquí del Estado de Israel, Estados Unidos reconoció la soberanía marroquí sobre la región en disputa.
El Frente Polisario ha calificado el reconocimiento por parte de Israel como una farsa. «No tiene valor legal ni político. Sólo fortalecerá la determinación del pueblo saharaui de continuar su lucha de liberación en todos los frentes«. Además, el Frente continúa sosteniendo no solo que está librando una guerra de legítima defensa, sino también que el territorio, junto con sus espacios aéreos y marítimos, son una «zona de guerra«.
Sin embargo, cabe destacar que el apoyo israelí a Marruecos no significa que este modifique su apoyo a la solución de los «Dos Estados« en relación al conflicto entre Israel y Palestina. Amén de ello, el fortalecimiento de las relaciones es vital para Marruecos, ya que espera recibir una serie de inversiones por parte de Israel, en la que se considera una zona de alto valor geoestratégico debido a que cuenta con una gran cantidad de minerales y con una extensa costa sobre el océano Atlántico.