En paralelo a la cumbre de líderes de la Unión Europea de este jueves en Bruselas, los altos mandos militares de más de 20 países llegan a Inglaterra con el fin de discutir planes para el despliegue de una fuerza de paz conjunta en Ucrania. Esta iniciativa, orientada a garantizar un futuro acuerdo de paz, es impulsada por el Reino Unido y Francia.
Luego de los tensos episodios entre Washington y Kiev, que incluyeron aquella desastroza reunión en la oficina oval y la pausa en el suministro de armas estadounidenses, Londres y París llamaron a la formación de una «coalición de naciones dispuestas» para apoyar a Ucrania y formar una fuerza multinacional que garantice la paz en Ucrania.

Si bien Rusia rechazó categóricamente esta idea, asegurando que el despliegue de tropas de la OTAN en territorio ucraniano es, como mínimo, inaceptable, este jueves se llevará a cabo una primera reunión de los países que integran la llamada «coalición de los dispuestos». En esta oportunidad, participarán del encuentro oficiales de alto rango de los diferentes países, que se reunirán a puertas cerradas en un cuartel militar en las afueras de Londres para discutir planes sobre el futuro de Ucrania.
A pesar del rechazo de Rusia y la indiferencia de Estados Unidos, que a su vez llevan a cabo conversaciones por su cuenta sin incluir a los gobiernos europeos, el primer ministro británico sostuvo que el plan de la «coalición de los dispuestos» estaba pasando a una «fase operativa». Previamente, Keir Starmer, declaró que el Reino Unido estaba dispuesto a asegurar el cumplimiento de un futuro acuerdo de paz en Ucrania «con aviones en el aire y botas en el terreno».

Luego de que Trump iniciara conversaciones bilaterales con Putin para comenzar a buscarle un fin a la guerra sin incluir a Europa, Starmer y Macron encabezan los esfuerzos europeos por asegurarse un lugar en la mesa de negociaciones. Ambos mandatarios afirman que están dispuestos a enviar tropas francesas y británicas a Ucrania, y redoblando la puesta, el presidente de Francia se arriesgó a sugerir la extensión del paraguas nuclear francés a toda Europa, con miras a disuadir a Moscú.